La gestora de fondos estadounidense BlackRock obtuvo un beneficio neto atribuido de 1.089 millones de dólares (883 millones de euros) en el primer trimestre de 2018, una cifra que supone una mejora del 26,7% respecto al mismo periodo de 2017, informó la entidad.

Los ingresos de la gestora entre enero y marzo sumaron un total de 3.583 millones de dólares (2.906 millones de euros), un 15,9% más que en el periodo equivalente de 2017, mientras que los gastos aumentaron un 9,8%, hasta 2.200 millones de dólares (1.785 millones de euros).

BlackRock cerró los tres primeros meses de 2018 con un total de 6,32 billones de dólares (5,1 billones de euros) en activos gestionados, un 16,6% más que a 31 de marzo de 2017.

"Los inversores experimentaron un aumento en la volatilidad del mercado durante el trimestre, impulsados por las preocupaciones sobre las políticas de comercio mundial, un mayor enfoque en las tipos de interés y la inflación, y los titulares en el sector de la tecnología", indicó el presidente y consejero delegado de BlackRock, Laurence Fink.

Según explicó, los inversores institucionales fueron particularmente quienes reaccionaron ante estos factores eliminado el riesgo y el reequilibrio. "Al mismo tiempo, también vimos a muchos clientes corporativos que se adaptaban a la reforma tributaria de EEUU buscando liquidez para financiar futuras inversiones de capital o recompras de acciones más agresivas", añadió.

Como resultado de estas varias contracorrientes, Fink aseguró que BlackRock experimentó un número significativo de grandes entradas y salidas de clientes institucionales en el primer trimestre.