Por John O'Donnell y Tom Sims
A principios de esta semana, Achleitner echó al CEO John Cryan después de una disputa que se centró en lo que algunos describen como la "indecisión" de Cryan para reducir empleos y costes, según fuentes con conocimiento directo del asunto.
La presión fue aumentando a medida que el precio de las acciones del grupo caía en los últimos meses, y los problemas se agravaron aún más por las elevadas pérdidas.
Achleitner confía ahora en que el nombramiento de Christian Sewing, del que se espera que defina sus planes en las próximas semanas, dé un nuevo impulso a la dirección del banco, aunque sin grandes cambios en la estrategia, según las mismas fuentes.
La salida de Cryan, orquestada por Achleitner, quien interrumpió unas vacaciones familiares de Semana Santa en Perú para viajar a Nueva York y Londres con el fin de advertir a algunos inversores, sorprendió a muchos otros grandes accionistas, dijeron las fuentes.
Las circunstancias apresuradas de la sustitución, sellada en una reunión dominical de consejeros no ejecutivos convocada con poca antelación, ha provocado críticas a Achleitner y su papel en un banco que antaño fue el buque insignia de la principal economía de Europa, pero que avanza ahora a trompicones.
Es el segundo cambio de CEO durante su mandato.
"Achleitner ignoró las cosas demasiado tiempo. Debió de haber indicado la dirección del banco", dijo Hendrik Leber, gestor de fondos en uno de los accionistas del banco, Acatis Fondsmanager.
Un portavoz del banco se negó a comentar. Achleitner se había preparado discretamente para el cambio durante muchos meses, dijeron las fuentes que hablaron con Reuters.
Pero para aquellos que están fuera del pequeño círculo de directivos involucrados, el anuncio llegó inesperadamente, lo que provocó que algunos cuestionaran por qué tuvo que irse Cryan mientras el banco continúa inmerso en una delicada reestructuración.
"¿Por qué fue necesario nombrar un nuevo CEO en este momento?", dijo Hans-Christoph Hirt de Hermes EOS, que representa a fondos de pensiones y otros inversores. Hirt agregó que Achleitner había "supervisado una serie de giros estratégicos de 180 grados" y múltiples cambios de gestión.
"UN TIPO AGRADABLE"
Algunos de los accionistas más grandes del grupo también tienen dudas similares sobre la decisión de nombrar como sustituto a Sewing, un directivo que se unió al banco al acabar los estudios y que tenía un perfil bajo antes de ser designado como director ejecutivo.
Una persona con conocimiento de la reunión en la que se informó a los consejeros sobre el cambio de CEO, dijo que Achleitner presentó el cambio como un hecho consumado, sin ofrecer candidato alternativo y sin otra opción que aceptar de mala gana.
Achleitner, dijo esta fuente, parecía "irritado" por la discordia durante una tensa reunión de tres horas y media, a la que los consejeros, algunos de ellos representantes de grandes accionistas, se conectaron desde diversas partes del planeta.
La traducción de la conversación a diferentes idiomas prolongó el debate, mientras Sewing esperaba en una sala cercana por si le solicitaban que se uniera.
Achleitner ha defendido su decisión. "Hubo falta de velocidad por parte del consejo de administración para tomar decisiones y ejecutarlas", dijo a un periódico alemán esta semana.
Otros se hacen eco de esta opinión. "John Cryan es agradable, un tipo realmente encantador", dijo un excolega que trabajó con él en Deutsche.
"Si le dices que hay riesgos asociados a los recortes, querrá analizar esos riesgos hasta el final antes de seguir adelante. Los recortadores de costes de verdad dicen: 'Necesito que rueden 100 cabezas en esta división'". No fue posible contactar con Cryan, exbanquero británico de UBS, para recabar su opinión.
Pero la insatisfacción sobre la forma de su reemplazo puede tener repercusiones para el financiero austríaco: Achleitner había optado hasta ahora por ejercer su influencia con discreción, pero ahora se encuentra en el centro del escenario.
Achleitner ya se enfrenta a una reacción enojada en la junta anual de accionistas del banco el 24 de mayo.
Un inversor, Ralf Kugelstadt, ha instado a los otros inversores a que en la junta se vote en contra de ratificar las decisiones que tomó el consejo de supervisión durante el año pasado. En la práctica, equivaldría a pedir un voto de no confianza.
"Es el momento de que paren todos estos palos de ciego sin una visión clara. Hay que llevar a Deutsche Bank hacia el futuro y no a la irrelevancia", escribió Kugelstadt en su propuesta publicada el 9 de abril.
DILEMA
Independientemente de las protestas, Achleitner, cuyo mandato como presidente no acaba hasta 2022, no tiene intención de abandonar.
Es un ejecutivo con experiencia, que ha sobrevivido a tormentas corporativas en el pasado, como cuando fue uno de los cerebros detrás de la compra de Dresdner Bank por parte de la aseguradora Allianz -por 24.000 millones de euros-. La acumulación de pérdidas en Dresdner llevaron posteriormente a su venta.
Achleitner sigue siendo influyente en el mundo de los negocios alemán y tiene asiento en el consejo de supervisión del gigante automovilístico Daimler y de Bayer. Comparte oficinas en Múnich con Joachim Faber, presidente de Deutsche Boerse , el operador de la bolsa germana.
Su esposa, Ann-Kristin Achleitner, es una académica que también tiene cargos de consejera no ejecutiva en los consejos de supervisión de Deutsche Boerse y la reaseguradora Munich Re .
Achleitner ha tratado de distanciarse de los errores estratégicos de Deutsche.
Sin embargo, Wolfgang Gerke, del Centro Financiero de Baviera, un instituto de análisis, considera que es responsable, junto con los ejecutivos. Cuando se le preguntó si debería renunciar, dijo: "Su esposa es amiga mía, pero la verdad es que sí".
Ahora le toca a Sewing continuar donde lo dejó Cryan. En este sentido, sigue vigente el eterno dilema de si es mejor centrarse en la banca de inversión internacional o construir un sólido -aunque poco emocionante- negocio minorista en Alemania.
Durante tres décadas, el enfoque principal del banco fue convertir su negocio de banca de inversión en una potencia mundial. Ese rápido crecimiento metió al banco en problemas, y desde entonces el banco ha dado bandazos a la hora de definir su estrategia.
El banco está llevando a cabo una revisión global de su filial de inversión y está previsto que presente los primeros resultados en semanas.
"Puedo imaginar que haremos ajustes en el banco de inversión, también en algunas regiones", dijo Sewing en la televisión nacional en su primer día en el trabajo. Pero la paciencia se está acabando. "Deutsche Bank no solo necesita un cambio de personas, sino que necesita una estrategia sostenible para llevarlo a aguas más tranquilas", dijo Gerhard Schick, legislador alemán del Partido Verde. "En este sentido, Achleitner (...) no ha sido realmente convincente".