En concreto, el cambio de moneda tuvo un efecto negativo del 9,8% en la facturación del grupo holandés, mientras que las adquisiciones aportaron un 1,9% a las ventas de la compañía.

La facturación de Unilever en Europa bajaron un 1,8%, hasta 2.972 millones de euros, mientras los ingresos de la compañía en América sumaron 3.931 millones, un 10% menos, y los de Asia alcanzaron los 5.719 millones de euros, un 3,4% menos.

En el caso de Europa, la multinacional destacó la debilidad de la demanda de los consumidores y las bajadas de precios en varios países, así como el difícil entorno de mercado en el segmento minorista.

"Para el conjunto del ejercicio, seguimos esperando un incremento de las ventas subyacentes de entre el 3% y el 5%, así como una mejora del margen operativo subyacente y del flujo de caja que nos mantenga en vías de cumplir nuestros objetivos para 2020", indicó Paul Polman, consejero delegado de Unilever.

Por otro lado, la multinacional anunció que dará comienzo en mayo a un programa de recompra de acciones propias por importe de hasta 6.000 millones de euros y que repartirá un dividendo trimestral de 0,3872 euros por acción, lo que supone un incremento del 8%.