La empresa con sede en Suwon (sur de Seúl) logró entre enero y marzo un beneficio neto de 11,6 billones de wones (8.824 millones de euros/10.736 millones de dólares), lo que supone un 52,11% interanual más.
No obstante, su ganancia neta en este mismo período fue un 4,64% inferior a la de octubre-diciembre de 2017, cuando se embolsó 12,2 billones wones (9.285 millones de euros/11.307 millones de dólares).
Su beneficio operativo creció un 58,03% y sumó un nuevo récord para un primer trimestre al quedar en 15,6 billones de wones (11.865 millones de euros/14.435 millones de dólares), mientras su facturación subió un 19,82% hasta 60,5 billones (46.016 millones de euros/55.976 millones de dólares).
De este modo, se trata del cuarto trimestre consecutivo en el que el gigante surcoreano obtiene una ganancia operativa récord.
La empresa atribuye estos buenos rendimientos, un trimestre más, de su división de unidades de memoria y en este caso también al incremento de ventas de su móvil de bandera, el Galaxy S9, según un comunicado publicado hoy.
La compañía logró además un beneficio bruto de explotación (ebitda) de 16,18 billones de wones (12.311 millones de euros/14.985 millones de dólares), lo que representa un 59,2% más con respecto a los tres primeros meses de 2017.
Tanto el beneficio operativo como los ingresos por venta obtenidos por Samsung Electronics entre enero y marzo están en línea con lo incluido en su previsión de resultados publicada hace 20 días.
Por unidades de negocio, la de semiconductores volvió a ser la principal fuente de ingresos gracias a la sólida demanda de chips para servidores de última generación, que a su vez parecen incrementar sus ventas por la popularidad de la "minería" de criptodivisas, smartphones o procesadores gráficos.
Esto supone un recordatorio de la fortaleza de la empresa surcoreana como proveedor para otros grandes fabricantes de teléfonos y otros dispositivos electrónicos, principalmente Apple, que depende de los chips y pantallas para fabricar sus iPhone de bandera.
La compañía también atribuyó los buenos resultados en este sector a las mayores ventas de chips tipo DRAM de gama alta y memoria dinámica, un producto cuyo precio se disparó en casi un 50% en 2017.
Para el segundo trimestre, Samsung espera que esta rama de negocio mantenga la buena marcha, aunque considera "un desafío" generar crecimiento global debido al mal rendimiento de su unidad de pantallas, ante el aumento de la competitividad, y a la "caída en la rentabilidad" de su apartado de telefonía móvil.
No obstante, esta última división cosechó buenos números en enero-marzo gracias al "rápido lanzamiento" del Galaxy S9, su smartphone de última generación, y a las persistentes buenas ventas de su antecesor, el Galaxy S8.
Tras un 2017 sin novedades, el mayor fabricante de teléfonos móviles del mundo aprovechó el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona en febrero para presentar su nuevo modelo.
El Galaxy S9, muy similar en apariencia al S8, incorpora una cámara considerablemente mejor, que permite tomar fotografías con poca luz y grabar a velocidad muy lenta.
Samsung señaló a principios de mes que las ventas de su modelo Galaxy S9 superaban los 10 millones de unidades, desde que saliera al mercado el 2 de marzo.
Estos son los primeros resultados que Samsung Electronics publica después de que su vicepresidente y heredero del imperio, Lee Jae-yong, saliera de prisión el pasado febrero tras ver su condena reducida por un escándalo de favores.
La imagen de la corporación se vio manchada por el caso de "La Rasputina", por el que Lee fue condenado a cinco años de prisión por sobornar a la expresidenta Park Geun-hye con objeto de obtener favores del Gobierno en su consolidación como máximo responsable del grupo.
Samsung Electronics, valor de referencia del mercado surcoreano, cerró hoy con una subida del 3,45%.