El resultado neto operativo (EBIT) retrocedió un 65% hasta 199 millones de euros, y eso que en esa partida se incluyeron 185 millones de euros de ajustes netos positivos, básicamente por la plusvalía de la venta de Plant Holdings, explicó el grupo europeo en un comunicado.

Las dificultades para entregar los A320neo quedaron reflejados en la caída de la facturación del 12% hasta 10.119 millones de euros, y muy particularmente en la división de aviones comerciales -la principal-, con un descalabro del 12% hasta 7.222 millones de euros.

De hecho, Airbus sólo pudo poner en manos de sus clientes 121 aviones comerciales entre enero y marzo (95 de la familia de un solo pasillo A320, 8 del A330, 17 del A350 y una aeronave gigante A380), frente a los 136 en los mismos meses de 2017.

Pero los problemas no se limitaron a esa división, sino que en la de helicópteros también disminuyeron las entregas, en concreto 52 unidades frente a 78 en el primer trimestre del pasado año. Eso y la cesión del negocio de servicios de Vector Aerospace redundó en una baja de la facturación del 18 % a 961 millones de euros en Airbus Helicópteros.

El recorte de los ingresos también afectó a la actividad de defensa y espacio, en este caso del 5 % a 2.217 millones de euros. Según la empresa, eso se debió al cambio del perímetro por la venta de Defence Electronics en febrero de 2017.

En los tres primeros meses del año, Airbus entregó cuatro unidades de su avión de transporte militar A400M, que se ensambla en Sevilla, y que es la principal piedra en el zapato de la compañía con miles de millones de euros de provisiones en los últimos años.

Tras el acuerdo de revisión del programa, firmado el 5 de febrero con los siete países implicados, la cadencia de producción se está ajustando para dejarla en ocho A400M a partir de 2020 y Airbus dijo centrarse en buscar pedidos de exportación, lograr las capacidades militares y ajustar los aviones en servicio de acuerdo con los ejércitos que lo operan.

Sobre el A320neo, el presidente del grupo europeo, Tom Enders, reconoció que esa cuestión de los motores "representa un reto para todos". Pero sobre la base de la voluntad de remontar la situación manifestada por los fabricantes de motores, confirmó el objetivo de entregar unos 800 aviones comerciales este año se mantiene.

El grupo precisó que ha empezado a recibir nuevos motores con un arreglo de sellado "perfecto" de Pratt & Whitney y que se han reanudado las entregas de los aparatos equipados con motores GTF.

En cuanto al otro fabricante de reactores, CFM International, Airbus señaló que está trabajando "para recuperar los retrasos de producción".

Partiendo del cumplimiento de ese objetivo de entregar 800 aviones en 2018, el grupo europeo se ha fijado como meta aumentar su Ebit ajustado a unos 5.200 millones de euros frente a los 4.250 millones del pasado ejercicio.