Durante el primer trimestre, la filial de gestión de efectivo del grupo Prosegur facturó 449,5 millones, el 7,6% menos, lastrado por el impacto negativo de los tipos de cambio (-18,1 %). Orgánicamente, las ventas subieron el 9%, en tanto que el crecimiento inorgánico aportó el 1,5%.

El resultado bruto de explotación (ebitda) se redujo el 46,4% y se situó en 104,8 millones, mientras el neto (ebit) bajó el 50,6%, hasta 88,1 millones.

En las cuentas remitidas al supervisor bursátil, la compañía atribuye la "significativa" disminución del ebit a los ingresos extraordinarios que tuvieron lugar en 2017 como consecuencia de la reestructuración necesaria para la salida a bolsa.

Dichos ingresos sumaron 85 millones y procedieron principalmente, de la venta de la marca a su matriz Prosegur Compañía de Seguridad y de una de sus participadas (Compañía Ridur).

Descontados dichos efectos, el ebitda bajó el 6,2% y el ebit el 7%, en tanto que el resultado neto creció el 3,4%.