Como cada año, desde hace 25, los consejeros delegados de los grandes bancos españoles han vuelto a analizar la actual situación del sector financiero y los retos a los que se enfrenta en el corto y medio plazo ante el cambio de ciclo que se avecina, con el descontado aumento de los tipos de interés en la zona euro.
En líneas generales, las expectativas de Banco Santander, BBVA, Bankia, CaixaBank, Sabadell y Bankinter son similares. Como primera premisa, todos esperan que, más pronto que tarde, el cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) posibilite esa ansiada subida de tipos. La base sobre la que aumentar la rentabilidad, adaptarse a la entrada de nuevos competidores en el mercado financiero -como los grandes operadores digitales (Google, Facebook o Amazon)-, y recuperar la reputación que, sobre la banca, tienen los clientes.
Escolano saca pecho del crecimiento de España
Como preámbulo a la intervención de los consejeros delegados de los seis grandes bancos españoles, el ministro de Economía, Román Escolano, destacaba, en la jornada organizada por Deloitte y el diario ABC, la sólida base de crecimiento que se está dando en España.
“Llevamos tres años consecutivos siendo el país que más crece entre los Estados de la Eurozona, y la previsión del 2,7% en 2018 es realista, con la subida del 0,7% en el primer trimestre y un ritmo similar en el segundo”, aseguraba.
También quiso Escolano hacer hincapié en el hecho de que “hace un año se recuperó el nivel de PIB que había antes de la crisis, estamos en máximos históricos en renta per cápita y la nueva dinámica del mercado va en la senda de cumplir el objetivo de contar con 20 millones de ocupados en 2020”.
En este cambio de tendencia, el titular de Economía puso en valor el papel que está jugando el sistema financiero -“en lugar de un problema se ha convertido en una palanca de crecimiento”, decía-, y, además, apuntaba Escolano que “los nuevos flujos de créditos se ajustan a un patrón distinto al que había antes de la crisis, con una mejora asignación de recursos, gracias a que la inversión en construcción cae desde 2009 y sube en bienes y servicios”.
Gran reto: rentabilidad por encima del coste de capital
A partir de aquí, José Antonio Álvarez, consejero delegado del Banco Santander, ponía el acento en los cuatro retos a los que se enfrenta el banco que preside Ana Botín. Sobre todo uno, el de la rentabilidad. “Antes de la crisis el retorno del capital se situaba entre el 15% y el 20%, y ahora esa rentabilidad sigue por debajo del coste de capital, la razón por la que los bancos seguimos cotizando por debajo del valor en libros”, reconocía.
En la comparativa con Estados Unidos, el CEO del Santander se quejaba de “la dificultad que supone competir de igual a igual cuando en Europa seguimos fragmentados con un mercado de 507 millones de habitantes”.
La recuperación de la confianza de los clientes es otro gran reto para el Santander. “La han perdido y ahora demandan más calidad, por lo que la vinculación será determinante en el marco de una nueva cultura de confianza, transparencia y servicio”, decía José Antonio Álvarez.
Respecto al auge de la digitalización, el principal ejecutivo del Santander tiene claro que “la arquitectura tradicional no sirve y hay que cambiarla. Y en ese nuevo modelo hay cosas claras y otras que no lo son tanto”, apreciaba.
El BBVA y las bondades de los clientes digitales
En esa línea de cambio tecnológico, Carlos Torres-Vila, consejero delegado del BBVA, dejaba entrever las bondades de los clientes digitales. “La tasa de abandono de estos es un 57% inferior a la de los clientes tradicionales”, cuantificaba.
Además, se vanagloriaba el CEO de la entidad presidida por Francisco González de lo imparable que resulta esta disrupción tecnológica y de cómo el banco se está adaptando. “En pocos meses más de los 50% de los clientes serán digitales y en 2019 la mitad serán únicamente móviles, y también en 2020 el 50% de las ventas del banco serán digitales”, vaticinaba.
Bankia invertirá 1.000 millones en tecnología entre 2018 y 2020
José Sevilla, consejero delegado de Bankia, aprovechaba su intervención para referirse a los ejes del nuevo Plan Estratégico 2018-2020 presentado el pasado mes de marzo, ya con la integración de BMN cerrada.
Un plan que busca aumentar los beneficios de los 800 millones logrados en 2017 a los 1.300 previstos en 2020. Para lograrlo, la palanca de la digitalización resultará clave. “Vamos a invertir 1.000 millones en tecnología, el 48% en mantenimiento y el 52% en nuevos productos”, evaluaba Sevilla.
Sin reputación no habrá rentabilidad sostenible
Tras un breve apunte del entorno actual, Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, hacía autocrítica con el tema de la reputación de la banca. “Sigue estancada con un tinte muy negativo en España. Desde que llegué hace cuatro años, el progreso ha sido mínimo y será muy difícil tener una rentabilidad sostenible si no mejoramos la reputación”, explicaba resignado la mala imagen que sigue teniendo el sector financiero en España.
Respecto al cambio tecnológico, Gortázar apuntaba a cómo CaixaBank ya tiene 360.000 clientes que “ya pagan con el móvil, cuatro veces más que hace un año”.
Dancausa se queja del "incalculable" gasto regulatorio
María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter, fue la más crítica de todos con el exceso de regulación que soporta el sistema financiero. “El gasto agregado del sector en términos regulatorios es incalculable”, decía, quejándose de que “en ocasiones tenía la sensación de que ese exceso de regulación podía ser contraindicado, como cuando te tomas varios medicamentos”.
Como sus colegas, también Dancausa veía “difícil de reparar el daño causado” en la reputación de la banca, algo que achacaba al no haber sabido comunicar adecuadamente los “méritos de la banca solvente”, dándose mucha mayor cobertura a las “prácticas inadecuadas” que, reconocía, “también se han producido”.
En el cierre de la jornada, Jaime Guardiola, consejero delegado del Banco Sabadell, se congratulaba de la entrada en un nuevo ciclo “con perspectivas globales e internas positivas”, en el que van a resultar claves tener una mayor relación con los clientes, y hacerlo con un toque diferencial, contar con una plataforma tecnológica ágil y explotar al máximo el conocimiento de los datos que se tengan.