Blockchain: ¿Se puede crear en España un ‘criptovalle’ como el suizo?
Blockchain irá adentrándose cada vez más en nuestras vidas pero necesita ganarse la confianza de los usuarios.
24 mayo, 2018 02:14Noticias relacionadas
El blockchain tiene cada vez mayor protagonismo. Una tecnología desconocida para muchos, y que muchos conocen sólo por su relación con Bitcoin, pero que ha venido para quedarse. ¿Su principal ventaja? Que es capaz de generar, en palabras muy simples, una serie de libros contables distribuidos que garantizan que cualquier transacción entre dos o más personas se realice de forma confiable y segura sin necesidad de intermediarios. Una revolución que muchos comparan como la de Internet y que se enfrenta a desafíos parecidos, pero que se están presentando a mucha más velocidad.
Una tecnología incipiente que está avanzando a pasos agigantados y que debe trabajar, sobre todo, en un aspecto: cómo lograr soportar miles de transacciones en poco tiempo sin colapsar y mejorando su eficiencia energética. Así que es una carrera de fondo en la que ya trabajan grandes grupos corporativos y miles de start-ups para dar distintas soluciones a muchas industrias. ¿Cuáles? Aún es difícil saberlo a ciencia cierta, aunque ya se pueden intuir algunas.
En el marco del II Foro Blockchain y Criptomonedas EL ESPAÑOL, con el lema ‘Nuevas tendencias en el ecosistema blockchain’, la directora de Digital Challenge de Banco Sabadell, Montse Guardia, puso un ejemplo muy gráfico que el moderador dio en llamar ‘El blockchain de Amaia y Alfred’.
Tiene que ver con la situación que se produce dentro del ámbito de la cultura cuando un productor contrata un concierto de música y se ve obligado a contratar por separado al artista, el espacio, los montadores, la tecnología de sonido, etc. Posteriormente y tras los ingresos obtenidos por la compra irá pagando una a una sus facturas, siendo al artista el último en cobrar, lo que dilata en el tiempo los cobros.
Con la tecnología blockchain, explica, se podría generar un contrato inteligente o smart contract por el que, una vez que se haya obtenido el 100% de la recaudación, y terminado el concierto, se haga el pago al mismo tiempo a todos los actores que han intervenido. Algo que “aplana la salida de dinero, lo que permitiría ofrecer productos financieros mucho más ajustados” a las necesidades de los clientes; pues eliminaría grandes plazos de pago y cobro, que a día de hoy generan entradas y salidas muy variables de dinero.
Esta es una de las utilidades y de las tendencias por las que discurre en este momento el blockchain, y que fueron analizadas en el foro, que cumplía con su segunda edición y que contó con la colaboración de KPMG en España, Endesa, eToro y Admiral Markets. En este foro se dejó claro que lo importante es generar un ecosistema en el que lo importante “es ayudar a empoderar a las personas”, según dijo el responsable de innovación de comercialización en Endesa, José Mínguez.
Habló de cómo es crucial que el uso que le damos a esa nueva tecnología ofrezca nuevas posibilidades a los usuarios y a los clientes, pero que sea transparente para ellos. “No deben darse cuenta de qué tecnología hay detrás” del servicio que están utilizando, sentencia Mínguez. Sin embargo, el camino por recorrer para el blockchain es largo y tortuoso.
El hecho de ser una tecnología novedosa, que aún se está implementando, nos recuerda a los primeros tiempos de Internet. Aquellos en los que hablar de compras online o pagos a través de móvil eran algo impensable; y sólo fue posible con el paso del tiempo y con la adopción tecnológica por parte de los usuarios. ¿Por qué lo consiguió Internet? Porque logró ganarse la confianza de la gente. Y esa es la clave para Carlos Trevijano, socio responsable del sector financiero de Management Consulting de KPMG en España.
A su juicio, el blockchain permite “dar confianza en donde no la hay, y eliminar el bajo valor añadido en donde hay coste fiduciario y, al tiempo, poner en contacto a distintas empresas que participan de una forma u otra en la misma transacción”.
Esto traerá enormes ventajas. Por un lado económicas, pero también permitirá la apertura de nuevos mercados hasta ahora casi inexplorados. ¿Por qué? Porque si se consiguen protocolos fiables entre distintos actores que hayan llegado a un acuerdo, no será necesario contar con una divisa fiable de respaldo. Esto permitirá que, por ejemplo, contribuir a las economías en desarrollo de forma más efectiva y abrir las puertas a una mayor bancarización en países donde ésta es reducida.
En definitiva, que ayudará también a lograr “un beneficio social”, según destacó Almudena de la Mata, la nodo coordinador de Blockchain España. Cambios que están por venir pero que permitirán crear nuevos puestos de trabajo. Serán “perfiles mixtos”, relata De la Mata, que también pueden provocar graves disrupciones en el mercado laboral.
Desde Admiral Markets, su director en España, Juan Enrique Cadiñanos, cree que existe un “riesgo de inadaptación laboral y empresarial” a los nuevos avances que están por venir de la mano del blockchain.
Uno de esos cambios está en las llamadas criptomonedas. Un fenómeno en auge que ha sido visto por muchos como una fórmula de especulación pero que, poco a poco, va dando muestras de su fortaleza. Ahí tenemos el ejemplo del Bitcoin o el Ethereum, que han obtenido un fuerte respaldo por parte de distintos inversores y que, en algunos casos, ya se están utilizando como tecnología de pago.
En el foro, que contó con la difusión de Ethereum Madrid, ADigital, Blockchain España, Ecofin, Efpa España, Finnovating y FIFED, tuvieron un papel muy relevante las llamadas ICOs o Initial Coin Offering, que vendrían a ser el equivalente a una Oferta Pública de Venta (OPV) de una compañía en bolsa. Ahí es donde los posibles inversores deben analizar las posibilidades que tienen de ganar dinero, con la diferencia de que en lugar de recibir acciones van a recibir tokens virtuales protegidos por la criptografía, y que tienen un determinado valor por su escasez y su demanda. Si bien se sugirió en la jornada que en ocasiones pueden ser sólo una forma de conseguir financiación sin ofrecer derechos de voto.
De hecho, la tecnología blockchain está permitiendo también poner encima de la mesa nuevos productos de inversión, como los derechos de los deportistas. Así lo explicó Jesús Pérez, socio de Finnovating, para quien “es importante entender que pasamos a un mundo donde nuestros ahorros estarán en acciones y en elementos digitalizados”.
El problema, explica Antonio Gonzalo desde Ethereum Madrid, es que el 90% de las ICOs que puedan surgir en los próximos años “terminarán en nada”. En cualquier caso lo que sí parece es que estamos ante un momento en el que se puede conseguir “democratizar la inversión, creando un efecto comunidad que va de tokenización y que permite captar ahorro privado”, explicó Javier Molina, presentor de eToro España.
El problema de estas nuevas inversiones, que a priori parecen sencillas, es que presentan riesgos que no están cubiertos por la actual legislación. Así lo destacó Pilar Galán, directora en el área de Regulatorio y Cumplimiento de KPMG Abogados. “Se plantean problemas jurídicos regulatorios muy importantes. Las necesidades que tienen las ICOs son muy particulares, y estamos en un momento muy incipiente en el que la visión actual de la regulación se basa en un mundo totalmente distinto” al que tenemos por delante.
Una postura en la que coincidieron prácticamente todos los asistentes. También desde la CNMV el senior economist Ramiro Losada, comentaba que habrá que estudiar a fondo la casuística, pero que “la regulación del Mercado de Valores es algo que nos hemos dado todos, y ayuda a que los inversores estén protegidos a la hora de invertir”.
No piensa lo mismo Alejandro Gómez de la Cruz, CEO y cofundador de Icofunding.com quien reclama avanzar en la regulación. “El concepto de inversor cualificado actual se queda obsoleto. Se necesita regular no sólo cómo actúa el inversor, también en cómo actuará el cliente retail” una vez que comience a utilizar las criptomonedas. Gómez de la Cruz señaló que, frente a las descripciones habituales sobre lo que es un “inversor cualificado”, las ICOs y la tecnología subyacente transforman esa definición. “¿Sabes qué es MetaMask? ¿Sabes de teoría de juegos? Para mí Warren Buffett puede tener todo el dinero del mundo pero no es un inversor cualificado en ICOs”. Asimismo, subrayó que Suiza se ha convertido en un 'criptovalle' gracias a la capacidad del gobierno de entender la tecnología y favorecerla, y se preguntó si en España seremos capaces de poner las bases para algo similar.
Bernat Aguadé, cofundador de UbiCrypto, ve nuevas oportunidades a la hora de invertir. Actualmente no todo el mundo es capaz de analizar una inversión financieramente; en el caso de las ICOs tan sólo necesita ser capaz de diferenciar si lo que tiene delante será o no disruptivo, y eso -a su juicio- abrirá el abanico. Es la posibilidad de invertir en cualquier momento en cualquier compañía del mundo. Muchas inversiones serán boñiga de vaca, como coincidieron en señalar Gómez de la Cruz y Antonio Gonzalo, pero las que no lo sean podrían cambiarlo todo.
Para el supervisor de los mercados, la clave no está en blindar a los usuarios de pérdidas, sino tener unos principios básicos que apliquen a las distintas formas de inversión y que, por encima de todo, permitan a la gente saber dónde se está metiendo.
En un entorno en el que existen distintos ecosistemas y alianzas empresariales o para diseño de ‘software’ y plataformas, como Hyperledger, R3, Ethereum Enterprise Alliance o la española Alastria, y en el que la tecnología parece capaz de llevar la disrupción a empresas de cualquier tipo, sector y tamaño, transformando desde la comercialización eléctrica hasta las exportaciones y la garantía de origen de los diamantes, Blockchain se prepara para ser la estrella de los próximos años.
¿Será una disrupción inmediata? ¿Se enfrentará a baches como el comercio electrónico o el 3G? ¿Cuánto afectará a la vida de las personas? Muchos de estos detalles los conoceremos, probablemente, en futuras ediciones de un foro que seguirá, con mucha atención, futuros desarrollos.