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La banca intenta desprenderse de miles de inmuebles y contentar al supervisor

La banca ha reducido prácticamente a la mitad sus activos problemáticos en los últimos cuatro años, pero ahora intenta desprenderse de miles de inmuebles en tiempo récord para contentar al supervisor y a los inversores.

27 mayo, 2018 09:04

El Banco de España advirtió esta misma semana de que el volumen de activos deteriorados sigue siendo elevado, ya que los adjudicados rondan los 58.000 millones y los préstamos dudosos, casi 100.000 millones, algo que inquieta al BCE y penaliza al sector en bolsa.

En concreto, los activos problemáticos de la banca española sumaban 152.000 millones a finales de 2017, un volumen muy elevado pero un 46 % inferior que los 280.000 millones de diciembre de 2013.

Además de que estos activos en balance tienen un coste para las entidades, impiden que destinen recursos a otras actividades más propias de la banca que generarían mayores retornos, lo que agrava los problemas de rentabilidad del sector especialmente en un momento de tipos de interés muy bajos.

La preocupación de los reguladores y los supervisores por este aspecto no es nueva, según recuerdan desde Funcas, sin embargo ha sido desde mediados de 2017 cuando se ha mostrado con mucha claridad en forma de nueva normativa destinada a presionar a los bancos para que den salida rápida a los activos improductivos.

Los datos muestran una gran actividad en España para librarse del lastre del ladrillo en 2014, pero decayó en 2015 y 2016 porque la mejora de la economía y la recuperación de los precios inmobiliarios pudo reducir el ritmo de ventas de la banca ante la posibilidad de recuperar créditos morosos y elevar el precio de los activos.

En 2017, ante la clara presión para que los bancos redujeran significativamente sus activos problemáticos, el mercado español resurgió hasta representar aproximadamente el 50 % del mercado europeo de venta de activos problemáticos, recuerdan los expertos.

El anuncio de la compra por parte de Cerberus del 80 % de los activos problemáticos del BBVA y la compra por parte de Blackstone del 51 % de Aliseda y parte de los activos improductivos del Popular marcaron claramente un punto de inflexión.

Y en la actualidad, teniendo en cuenta las carteras que están a la venta y las previsiones de reducción de activos improductivos en los planes de muchos bancos españoles, es de esperar que se produzca también en 2018 un elevado volumen de transacciones.

Sabadell prevé disminuir sus activos improductivos en 2.000 millones al año hasta el 2020 aunque, dependiendo del apetito inversor y de los acuerdos con el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), esta cifra podría elevarse significativamente en 2018, explican desde Funcas.

Bankia, por su parte, tiene previsto en su plan estratégico 2018-2020 la venta de 2.900 millones anuales de activos problemáticos, a pesar de que la entidad se libró de buena parte de su lastre inmobiliario con la creación de Sareb, el banco malo.

La puesta en el mercado de este importante volumen de activos no se limita únicamente a las grandes entidades sino que otras de menor tamaño como Ibercaja o Liberbank también planean soltar lastre.

En el caso de la primera, sus planes pasan por reducir a la mitad sus activos problemáticos hasta 2020, lo que se traduce en unos 600 millones al año, mientras que Liberbank baraja reducciones de 900 millones de euros anuales hasta 2020.

En 2018, Santander se propone un objetivo de 6.000 millones mientras que Sareb apunta a los 3.000 millones, lo que muestra el compromiso real de las entidades por sanear sus balances y contentar al supervisor y al mercado. Ahora sólo queda conseguirlo. EFECOM

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