El clima en El Corte Inglés está más enrarecido que nunca. Jamás se había cuestionado a un presidente como se está haciendo con Dimas Gimeno, ni tampoco se había vivido un consejo de administración tan tenso como el de este miércoles. Una reunión en la que Gimeno logró mantenerse al frente de los grandes almacenes aunque se intentó forzar el adelanto de su salida.
No logró, sin embargo, que se respaldara su plan de futuro para la compañía con la salida a Bolsa como telón de fondo en un consejo marcado por las escaramuzas y la guerra de guerrillas para intentar acabar con el rival.
La salida a Bolsa fue, precisamente, la parte central de su discurso ante el consejo junto con la necesidad de reformar el gobierno corporativo. El presidente entiende que es necesario renovar el consejo para disminuir el número de los dominicales (representantes de los accionistas) y aumentar el de los independientes. Una posición en la que hay un cierto consenso en el seno del consejo, pero que para muchos de sus miembros no era el momento de proponer. Tanto es así que ni siquiera se sometió a votación.
Muchos de esos consejeros no entienden (y así se lo hicieron saber) que Gimeno no hiciera estas propuestas nada más llegar a la compañía y haya optado por hacerlas en la previa a su destitución. Su entorno, en cambio, asegura que la aplicación de este plan -elaborado en 2016- fue rechazado por parte del consejo, con las hermanas Marta y Cristina Álvarez a la cabeza.
Desde la compañía aseguran, además, que la empresa lleva trabajando en la profesionalización del consejo desde hace meses, así como en aplicar el código de buenas prácticas de gobierno corporativo. Como ejemplo ponen la creación de la comisión de auditoría y control y el nombramiento de dos consejeros delegados, Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa.
Las funciones ejecutivas
Precisamente, el nombramiento de Nuño de la Rosa y Del Pozo fue uno de los motivos que esgrimieron algunos de los representantes de los accionistas para desmontar las tesis de Gimeno. Le recordaron que no le corresponde a él tomar esas decisiones, ni siquiera plantearlas en el consejo porque no tiene funciones ejecutivas. Ese es uno de los grandes reproches que se le hace: que no se ciña a un puesto de representación que aceptó y para el que se le han mantenido, aun así, todas las condiciones que tenía cuando era el máximo ejecutivo.
En el entorno de Gimeno no esconden que a él no le convence la figura de dos consejeros delegados. Es cierto que existe una cierta tradición en el consejo de El Corte Inglés de adoptar las decisiones por unanimidad, de ahí su visto bueno a la llegada de De la Rosa y Del Pozo en una reunión en octubre y que fue el preludio de lo que ahora se está viviendo en los grandes almacenes.
Tan a disgusto está con esa decisión que quienes le conocen no niegan que "no le importaría" recuperar el poder ejecutivo en caso de salir victorioso del próximo consejo extraordinario que se va a convocar en la primera quincena de junio. En él se abordará su cese tal y como han reclamado el 70% de sus accionistas, con Marta y Cristina Álvarez a la cabeza, y con el respaldo de Florencio Lasaga, Carlos Martínez Echevarría, Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa. Una solicitud que también ha firmado Paloma García, representante de cartera Mancor.
Gimeno ha declarado a última hora de este miércoles a Europa Press que "no se ha convocado ninguna reunión extraordinaria del consejo", algo que en sí es cierto, dado que es él quien tiene que poner fecha. Si no lo hiciera, dado que hay una petición formal encima de la mesa, sus consejeros podrían forzarlo, según los estatutos sociales.
Esa 'moción' será una bola de partido que Dimas Gimeno va a tener muy complicado ganar. Marta y Cristina Álvarez -las promotoras de su cese por discrepancias con la gestión-, cuentan con el respaldo de cerca del 70% del accionariado, y quedan por posicionarse el independiente Manuel Pizarro y el jeque Al Thani. Por tanto, a priori, lo tiene difícil. En especial, porque las siete personas que respaldan la moción contra él son patronos de la Fundación Ramón Areces, el accionista mayoritario del grupo y cuya representación está en manos de Lasaga y Martínez Echevarría.
En estas circunstancias, algunas fuentes consultadas ven complicado que pueda romper el pacto entre los socios. Aun así parece que la intención de Gimeno es la de intentar convencer a Florencio Lasaga y Carlos Martínez Echevarría para que cambien la orientación de su voto y den el visto bueno a su gestión.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL Gimeno, Lasaga y Martínez Echevarría se han reunido en varias ocasiones, dado que la 'vieja guardia' quiere evitar una guerra por la salida del presidente. Preferirían que las cosas se hagan con discreción y buscando una alternativa que convenza a todas las partes, por lo que no se descarta la búsqueda de un tercero en el interior de la compañía para que se sitúe como presidente, descartando así la posibilidad de que Marta Álvarez se ponga al frente.
Las cuentas, aprobadas
Dimas Gimeno no fue el único que sufrió un revés. También Marta y Cristina Álvarez, que ostentan la representación de la patrimonial IASA con el 23% de la compañía, se vieron sonrojadas en algún momento del consejo. En especial cuando intentaron solicitar en el turno de ruegos y preguntas que se abordase en ese mismo encuentro el cese de Gimeno. Aunque fuentes cercanas a la empresa lo niegan, parece que Al Thani y Pizarro, apoyados por la 'vieja guardia' les recordaron que no era el momento adecuado, y que para eso se convocará un consejo extraordinario en las próximas semanas.
En definitiva, escaramuzas de unos y otros para intentar lograr el control de El Corte Inglés, una de las compañías más importantes de este país, con una facturación de 15.000 millones de euros en 2016. Parece que en 2017 la cifra será mucho más alta y que las cuentas crecerán a doble dígito en ventas y facturación, según desveló el propio presidente de El Corte Inglés tras presentar unos resultados que aún no son públicos y que fueron aprobados por unanimidad.
Todo en un consejo en el que algunos miembros trasladaron a Dimas Gimeno su inquietud por la 'campaña de imagen' que ha lanzado. Algo que, según le dijeron, lo único que provoca es "daño" a la imagen de El Corte Inglés para favorecer sus propios intereses.