Pescanova se dispone a celebrar el primer aniversario de su regreso a la bolsa  en lucha por recuperar el euro por acción. Un valor que los analistas que más de cerca han seguido la evolución de la compañía en este tiempo consideran del todo imposible de justificar bajo ninguna métrica. A pesar de los abundantes `calentones¿ en su volátil gráfica reestrenada el pasado 7 de junio, los expertos recuerdan que su gráfica es bajista de manual y que la compañía carece de actividad alguna.

Ni un solo analista cubre oficialmente la evolución de Pescanova entre las casas que sigue Reuters. Un aspecto que no es tan chocante si se considera su extremada volatilidad y el hecho de que al carecer de negocio no cuenta con fundamentales que seguir, su único patrimonio es el 1,7% de Nueva Pescanova, la nueva cabecera del grupo multinacional que ahora controlan los antiguos bancos acreedores de su antecesora y a la que está adscrita toda su actividad comercial, industrial y financiera.

Aunque las acciones de Pescanova valen ahora mucho menos que antes del concurso de acreedores, su cotización es tan irreal como entonces. Primero, a consecuencia del falseamiento de cuentas que llevó a cabo el expresidente Manuel Fernández de Sousa junto con algunos miembros de su equipo. Ahora, porque la capitalización de la compañía debería atender únicamente al 1,7% de los fondos propios de Nueva Pescanova, dado que este es su único patrimonio.

El euro por acción que ahora ronda se traduce en una capitalización de 27,24 millones de euros, lo supone cerca de cuatro veces esta cifra contable. Si esta valoración se hubiera producido antes del concurso, la antigua Pescanova debería haber sobrepasado los 1.600 millones de euros en bolsa, y en sus mejores compases apenas acumuló una capitalización superior a los 700 millones de euros.

Ante este panorama, Nicolás López, director de análisis de MG Valores, sentencia que ¿es muy difícil justificar esta valoración sin especulación¿. Incluso con este ingrediente ineludible en la cotización reciente de Pescanova, el experto vaticina que lo más lógico sería que la antigua pesquera siguiera el camino ¿irremediablemente bajista de otros chicharros como Abengoa¿, que ya a duras penas marca precio en el parqué. Mientras se llegue a ese punto, cree que serán muchos los que sigan entrando para alimentar la frágil burbuja ¿porque no tienen ni idea de la historia reciente de la compañía o no la quieren ver¿.

Tras cuatro años de cotización congelada desde que se destapó el amaño de las cuentas, el analista técnico Eduardo Bolinches, director de Escuela de Trading y Forex, señala que el aspecto bajista de la compañía va a más y va en aumento el ¿riesgo de romper los 0,909 euros y ver otro testeo al soporte vital de los 0,83 euros por acción¿. El experto en operaciones cortoplacistas apenas aprecia interés en la compañía ni para estas estrategias. ¿Tras el calentón de marzo hay poco interés desde el punto de vista técnico¿, concluye.

La recuperación del euro por título se trata, además, más de una referencia psicológica como muro que divide el resto del mercado de las `penny stocks¿ que de una barrera de resistencia real. Antonio Sales, analista de XTB, coincide con muchos de sus colegas en que la compañía parece dirigirse a un ¿fatídico final sin nada que pueda reflejar y sustentar su cotización¿. ¿No vemos soportes ni resistencias, solo mínimos y máximos decrecientes¿. Un patrón bajista de manual comúnmente aceptado entre los chartistas.

LA SENDA DE LA EXCLUSIÓN

A falta de negocio que revisar y sin ningún poder de incidencia sobre las decisiones de Nueva Pescanova, los litigios en los que anda inmersa la vieja compañía con su heredera forzosa son la principal palanca de su cotización. Así lo recuerda Eduardo Faus, analista técnico de Renta 4, que subraya que se está esperando una resolución judicial sobre la anterior cúpula de la compañía ¿de la que depende su futuro¿. Su cautela hacia la compañía queda en evidencia cuando afirma que ¿hasta que no dé el salto por encima de 1,06 euros por acción, ni siquiera es aconsejable para especular¿.

El escenario de Pescanova es tan singular que incluso el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Sebastián Albella, expresó sus dudas sobre la viabilidad de la compañía como cotizada. En un acto público celebrado en Madrid hace ahora un año, llegó a calificar la situación de la empresa como ¿muy extrema¿ al considerar que su único activo era ¿menos de un 2% del capital de otra sociedad¿. Así, llegó a afirmar que ¿la exclusión sería la situación más natural¿, una situación que se barajó mediante la absorción desde la nueva cabecera del grupo o por parte de un inversor interesado en hacerse indirectamente con esta participación en la nueva sociedad.

Los litigios abiertos entre los accionistas históricos -algunos de los cuales ya han vendido parte de su posición- y los bancos acreedores impidieron la primera solución. La excesiva valoración de la compañía a juicio de cualquier regla numérica usada por los analistas ha vetado de facto la segunda opción. Y eso que, en los últimos seis meses, la compañía ha perdido un 26% de su valor y en el último mes ha cedido más de un 3%.

La comparación con los 5,93 euros de antes de la suspensión, cuando mantenía toda su actividad global, aunque con cifras infladas, arroja unas pérdidas latentes de casi el 85% para los inversores que buscando pescar en el río revuelto de Pescanova se toparon con una marejada de fondo que aún no se ha calmado.