La batalla por el control de El Corte Inglés se dirime en dos planos diferentes. Por un lado, está el enfrentamiento en el consejo entre Dimas Gimeno y sus primas Marta y Cristina Álvarez y, por otro, la batalla jurídica que César y María Antonia Álvarez tratan de librar por el reparto de la herencia de Isidoro Álvarez a través de su sociedad patrimonial, IASA.
Aunque se hable más del primer enfrentamiento, la segunda pugna también vive estos días algunos capítulos nuevos. El último se daba este jueves en los juzgados de lo mercantil de Madrid. Allí César Álvarez -en calidad de demandante- debía verse las caras con Marta y Cristina Álvarez, así como con el representante legal de la cartera de valores IASA.
En esa cita debía celebrarse la primera vista del juicio contra la forma en la que se ejecutó el testamento de Isidoro Álvarez. Sin embargo, el propio César Álvarez solicitaba un aplazamiento que fue concedido por el magistrado. Así que ahora habrá que esperar hasta principios de julio, tiempo en el que podrán seguir acumulando información y pruebas con las que cuestionar a las hijas del fallecido presidente de El Corte Inglés.
Fuentes jurídicas estiman que el aplazamiento puede deberse a una estrategia para ganar tiempo y así aportar nuevas pruebas, aunque también podría estar relacionada con un intento de acumular las causas de César Álvarez y María Antonia Álvarez contra sus sobrinas.
¿Qué reclaman?
La petición que hace el hermano de Isidoro a la Justicia es la impugnación de la junta de accionistas de la patrimonial IASA celebrada en 2016 tras la muerte de Isidoro Álvarez. Una reunión en la que se aprobó una reducción de capital de 140 millones de euros en efectivo y distintos activos inmobiliarios que fueron adjudicados a Marta y Cristina perjudicando al resto de los accionistas. Es decir, al propio César Álvarez, a María Antonia Álvarez y a su hijo, Dimas Gimeno, que son los otros accionistas de la sociedad.
Fuentes cercanas a los Álvarez Gimeno explican que ellos no fueron convocados a esa junta, y que en ningún momento tuvieron conocimiento alguno de que se fuera a llevar a cabo esa reducción de capital. Es decir, aseguran que se hizo a sus espaldas. Sin embargo, tal y como ha señalado EL ESPAÑOL, en el cuaderno particional se explicaba cómo debía ser todo el proceso para ejecutar el testamento de Isidoro Álvarez.
La demanda de César Álvarez es la primera de las que han presentado los hermanos de Isidoro por su testamento. La segunda es la de María Antonia Álvarez, y madre de Dimas Gimeno, quien también ha impugnado la reducción de su legado. Al parecer, Isidoro Álvarez tenía claro que su hermana recibiría tras su muerte 10 millones de euros. Sin embargo, días antes modificó su testamento y redujo la cifra a cinco millones.
Esa voluntad de Isidoro Álvarez se veía reflejada -explican en el entorno de la familia de María Antonia- en una hoja de ordenador firmada por el expresidente el 25 de agosto de 2014 con los que buscaba compensarla en el reparto de la testamentaría. Una reducción, por cierto, que María Antonia aceptó casi de inmediato, como ocurriría con el resto de la herencia. Muestra de ello fueron sus declaraciones a Hacienda asumiendo el reparto del legado de Isidoro Álvarez, como también hizo su hermano César y ha contado EL ESPAÑOL.
El poder de El Corte Inglés
El reparto de la herencia de Isidoro Álvarez es un capítulo más en la guerra por el control de El Corte Inglés, especialmente por el papel clave, accionarialmente hablando, que juega IASA al ostentar cerca del 23% de las acciones de los grandes almacenes.
En esa patrimonial el reparto accionarial se distribuye de la siguiente forma: 70% para Marta y Cristina Álvarez, mientras que el 30% restante queda en manos de César y María Antonia Álvarez y Dimas Gimeno. Es por ello que el presidente controla sólo un 7% de los títulos de El Corte Inglés de forma indirecta, sumando sus participaciones a las de su tío y su madre, aunque ahora hay quien dice que no actúan coordinadamente.
Lo que parece claro por ahora es que Dimas Gimeno no parece dispuesto a dar su brazo a torcer al frente de El Corte Inglés. Todo a la espera de la convocatoria de un consejo extraordinario para cesarlo en la primera quincena de junio, algo que queda en manos del propio Dimas Gimeno y que fue acordada en el consejo de administración de los grandes almacenes celebrado el pasado miércoles. La duda está ahora en saber si el todavía presidente convocará la sesión o si, por el contrario, se enroca y sigue manteniendo que la solicitud no se ha hecho por los cauces legales.