En este contexto, la consultora remarca, sin embargo, que el 42% de las compañías encuestadas confía en poder poner en marcha estas tecnologías en un período de tres a cinco años, aunque para ello deberán hacer frente a nuevos desafíos como la protección de datos de los empleados, la mejora de su plan de carrera y bienestar o paliar la falta de liderazgo en la sociedad.
El informe, en el que han participado más de 11.000 directivos de empresas y líderes de Recursos Humanos, señala, además, que cuatro de cada diez compañías creen que la automatización tendrá un gran impacto en los empleos. De hecho, el 61% de las empresas trabaja ya en el rediseño de puestos de trabajo en torno a estas áreas.
El socio responsable del área de Human Capital de Consultoría de Deloitte, Joan Pere Salom, ha incidido en que las personas siguen siendo "un componente crítico en las empresas" y ha defendió que, en contra de lo que la gente comúnmente cree, en lugar de eliminar puestos de trabajo, las tecnologías cognitivas servirán para "crear empleos de carácter social, interpretativos y orientados al servicio, y ganarán la importancia destrezas como la creatividad o el pensamiento crítico".
En este sentido, ha apuntado que la habilidad para resolver problemas complejos, la capacidad para gestionar recursos y las aptitudes sociales son las habilidades más valoradas por los directivos españoles y, a su juicio, su demanda crecerá en los próximos años. "La clave es que las compañías reconsideren su estructura de trabajo para maximizar el valor de ambos, los empleados y los robots", ha incidido Salom.
El informe señala que el 47% de los encuestados otorga gran importancia a construir nuevas aptitudes y planes de carrera, pero, sin embargo, más del 54% niega contar con programas para desarrollar las habilidades del futuro y tan solo un 18% considera que está ofreciendo a sus empleados oportunidades para desarrollarlas por sí mismos.
Por otro lado, el 60% de los directivos opina que los programas para mejorar el bienestar de los empleados aumentan la productividad y mejoran los resultados financieros y la retención de talento, pero solo el 3% de las empresas cree que sus programas de compensación son realmente efectivos a la hora de motivar al talento.