En el caso de las hipotecas, tras el estallido de la crisis, ha explicado, tras un acuerdo con el Banco de España, Caja Madrid propuso a sus clientes refinanciar sus préstamos por 250 euros al mes, y ya con Bankia "se hizo todo lo posible" para ayudar a los clientes "de toda la vida" y evitar los desahucios.
Durante su comparecencia en la comisión del Congreso que investiga la crisis financiera, el que fuera mano derecha de Miguel Blesa en Caja Madrid ha argumentado que "no tenía sentido acelerar las ejecuciones hipotecarias".
No obstante, ha añadido, había inspectores del Banco de España "que pedían más ejecuciones y no les gustaban las refinanciaciones" y ha asegurado que en España no existieron hipotecas basura porque el supervisor "no las permitió, aunque algunas entidades se lo pidieron".
Respecto a la emisión masiva de participaciones preferentes llevada a cabo por Caja Madrid, Sánchez-Barcoj ha expuesto que no se realizaron malas prácticas desde la dirección comercial, que no hubo "instrucciones de venta masiva" y que "sólo pudo haber algún caso suelto que no entendiesen lo que se les ofrecía".
El ex director financiero ha defendido las preferentes como "la única forma de obtener capital", además de con subordinadas, para poseer liquidez y poder atender a los clientes "a diario".
Para finalizar con la defensa de la emisión de preferentes ha aludido a que la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV) "no restringió su venta, aceptó el folleto "y no dijo nada más", además de no poner "objeción a la comercialización entre minoristas".
Preguntado por las "tarjetas black", de las que él mismo fue beneficiario, las ha definido como "una retribución dentro del salario, o sea, una decisión de gobernanza".