Las entregas de cartera suelen ser ceremonias multitudinarias. A la gente le gusta "tocar ministro" y, para colmo, en esta ocasión hablamos de que en la sede del Ministerio de Economía y Empresas se entregaban no una, sino tres carteras. Además, había un famoso entre los nuevos ministros.
Sin embargo, el papel de Pedro Duque, el más fotografiado por los empleados del Ministerio, fue menor que el de Nadia Calviño, la verdadera protagonista de la jornada.
Es cierto que Duque se metió al público en el bolsillo admitiendo que, aunque es conocido por "manejar naves", también tiene experiencia en empresa innovadora. También hubo risas cuando habló de su "trayectoria orbital", y nadie objetó cuando pidió margen para ayudar a España a ponerse de nuevo en el "pelotón de cabeza" en Ciencia, Innovación y Universidades.
Pero la ministra que se mostró más humana, elegante y agradecida fue Nadia Calviño. "Estos días han sido un absoluto torbellino, llegamos ayer en un avión y con sólo una maleta", reconocía, antes de mostrarse "emocionada por estar aquí después de doce años en Bruselas".
Dijo que el Gobierno de Sánchez es "un equipo estelar con un programa modernizador, feminista y europeo", y se mostró muy agradecida a su familia, especialmente a sus padres, a sus hijos y a su marido, "que me impulsaron a lanzarme a esta nueva aventura".
Sin embargo, el momento de la jornada tuvo que ver con el reconocimiento a su predecesor, Román Escolano. "Es mi preparador, mi amigo, y tomó una decisión difícil y valiente por su compromiso con España por la que hay que estarle agradecidos, yo le estoy agradecida", señaló, visiblemente emocionada.
Si en los últimos tiempos, en plena 'caza del ministro', se ha hablado de "hacer un Escolano" como sinónimo de "ir a un cargo público sólo para acabar en la calle pocas semanas después", el ya exministro quiso dar un giro a la expresión con una actitud verdaderamente ejemplar.
Hacer un Escolano
Tras su comparecencia, y tras las palabras de Calviño, "hacer un Escolano" queda hoy como una muestra de compromiso hacia un país y la mejor manera posible de entender la política.
Escolano expresó su agradecimiento al personal del Ministerio y "al capital esencial que son sus personas"; deseó suerte a los nuevos ministros, "porque los éxitos que tengan serán los éxitos de todos", y recordó que para él no ha habido "mayor orgullo que servir a España".
"Aunque haya sido breve, no he hecho nada comparable ni que me llene más de orgullo", afirmó el exministro, quien pidió confianza en los profesionales de un Ministerio que, a su juicio, les darán a los recién llegados "su máxima lealtad y profesionalidad".
Si bien en Twitter ha habido quien ha hablado de pensiones para dos años, lo cierto es que Escolano se va prácticamente con una mano delante y una detrás. Pero también dejó claro que eso no es tan importante para él como la oportunidad de servir a su país, un compromiso que además quedó adornado con el reconocimiento de su sucesora. No está mal.
Calviño, que será también guardiana de las empresas y las telecomunicaciones, quiso agradecer también su presencia a veteranos socialistas como Pedro Solbes, Joaquín Almunia y David Vegara.
Un guiño a 'las Kellys'
Reyes Maroto, la nueva ministra de Industria, Comercio y Turismo, habló de Industria 4.0 e hizo un guiño a las camareras de piso, que se hacen llamar 'las Kellys', cuando habló de un "turismo eficiente con condiciones dignas para los trabajadores y, especialmente, para las trabajadoras".
Maroto insistió en que su Ministerio tendrá capacidad de "escucha, de tranquilidad, de confianza, con humildad y vocación de servicio público".