Un cartel de la serie recientemente estrenada por Movistar+, Matar al padre, cuelga de una pared de la sala de repartidor de la Central Madrid Albéniz de Telefónica. Un póster que tiene una particularidad: su título se ha cambiado por la frase Matar al Cobre, lo que constituye una verdadera declaración de intenciones respecto del destino de las centrales de cobre de la operadora de telecomunicaciones.
Telefónica quiere Matar al cobre o, más bien, darle una segunda vida, según insiste en señalar Pablo Ledesma, director de Operaciones de Telefónica España, a la vez que ejerce de guía para un grupo de periodistas que visitamos la central de Albéniz para conocer de primera mano el plan de desmantelamiento de todas las centrales de cobre de la compañía. Un proceso que debería culminar en 2023 y que marcará el fin de una tecnología que ha impulsado la desarrollo de las telecomunicaciones durante los últimos 100 años.
Los cables de cobre nacieron para transportar las llamadas por voz y, con el paso de las décadas ,se reconvirtieron para dar soporte a la señal de ADSL y, por tanto, a las primeras conexiones de internet. No obstante, cuando las necesidades de velocidad de las conexiones digitales aumentaron, los cables de cobre se hicieron insuficientes para soportar los nuevos equipos. Hicieron un esfuerzo increible, pero no fue suficiente y era irregular. La distancia a la central siempre condicionaba la velocidad que podía alcanzarse.
Apuesta audiovisual y por la fibra óptica
Por ello, Telefónica comenzó hace veinte años un proceso de transformación de su red migrando a todos sus clientes a fibra óptica, nuevos “cables” que deberán soportar el desarrollo digital durante los siguientes 200 años.
No es casual que se utilice el cartel de la serie Matar al Padre, uno de los últimos estrenos de producción propia de Movistar+ que marca el futuro de la compañía y su firme apuesta por los contenidos audiovisuales. Paradójicamente Matar al Padre no se podría ver en HD, ni menos en 4K, con cobre. O, al menos, no en más de un dispositivo al mismo tiempo y permitiendo a otros equipos de la casa seguir conectados.
Desmantelamiento de todas las centrales de cobre
Los periodistas invitados por Telefónica a conocer la Central de Albéniz hicimos un recorrido por todo el proceso de cableado de la compañía, desde que gruesos cables del tamaño de un tronco brotan del subsuelo hasta la conexión en cada uno de sus correspondientes cajetines que dan vida a la conectividad de los hogares.
Una vez llegan al hogar, cada uno de estos cables es 'pelado' en numerosos procesos sucesivos -uno de ellos especialmente pringoso-, hasta llegar a una fibra como un pelo que tiene que manipularse con una caja que recuerda a la trampa que utilizaban los Cazafantasmas para conseguir el objetivo final: que desde la central puedas iluminar un extremo de la fibra y ésta se ilumine del otro lado.
Un proceso en el que además, casi como un grupo de escolares en una visita a un Museo, viajamos a las entrañas del pasado -con una sala repleta de cientos de baterías del tamaño de maletas de veinte kilos de capacidad, para mantener la corriente continua- hasta el futuro, donde conviven las ultra simplificadas conexiones de fibra con las de cobre. Es la actual realidad técnica de Telefónica España: una convivencia entre lo viejo y lo nuevo durante el tiempo que tarde la transición hacia las nuevas tecnologías.
Telefónica se ha propuesto desmantelar todas sus centrales de cobre a medio plazo. El actual plan implica el apagado de una central de cobre al día hasta 2020, lo que supone cubrir los hitos fijados de cierre de 653 centrales de cobre apagadas en 2020, de las cuales, 253 serán en este año, 200 en 2019 y 200 más en 2020. Si seguimos este ritmo, se prevé que en 2023 estén cerradas todas las centrales de cobre de Telefónica en España, por lo que la operadora sólo ofrecerá fibra a sus clientes a partir de esa fecha.
El objetivo de este plan de transformación es completar la cobertura de fibra con una red totalmente digital e impulsar que todos los clientes pasen a fibra para así mejorar su experiencia con los servicios y "colocarlos en la mejor posición ante el futuro digital". Para gestionar este proceso, Telefónica ha desarrollado el proyecto FARO, que impulsa el paso de clientes a la fibra e industrializa el cierre del cobre en centrales completas.
Además de las ventajas de la velocidad que da la fibra óptica, para Telefónica el cierre de sus centrales de cobre se traducirá también en ahorro de costes, sinergias, racionalización energética y un mayor espacio físico en sus centrales. Estamos hablando de la optimización de la infraestructura y el espacio, al cambiar el cobre por la fibra que implica menos sección pero más capacidad.
Así, un mazo de cobre de 2.400 pares da servicio a 2.400 clientes, frente a un cable de fibra de 256 fibras que da servicio a 16.384 clientes. Además, la tecnología de acceso a través de fibra ocupa solo el 15% del espacio que ocupa el cobre. En el caso de la central de Albéniz, cuando se complete el proceso de migración dará servicio a todos los clientes que actualmente cubren cuatro centrales situadas en el norte de Madrid.
Eficiencia medioambiental
Derivadas de este objetivo, surgen numerosas oportunidades relacionadas con la reducción de espacio, así como con la eficiencia medioambiental (ahorro energético y reciclaje de componentes). A ello hay que sumar el ahorro energético que implica el cierre del cobre, que puede ascender al 60%, y la adecuada gestión de los residuos y materiales desmantelados con la recuperación de algunos para utilizarlos como repuestos o el reciclaje de otros a través de empresas autorizadas con la sostenibilidad que todo ello implica.
Pero no todo el cobre morirá. Según explica Pablo Ledesma, en paralelo al desarrollo del programa FARO Telefónica está ejecutando el proyecto de simplificación por planos de red que busca la optimización y compactación de los elementos heredados del cobre. Esto permite poner en marcha un modelo de eficiencia energética y de espacio y de economía circular con la reutilización y reciclaje.
¿Otra de las ventajas de la fibra con respecto al cobre de las que nadie habla? Una vez que se generalice, nadie intentará robarles los cables a Telefónica para venderlos como chatarra.