El acuerdo entre ambas compañías en diciembre de 2017 implica la adquisición de Tele2 NL por parte de T-Mobile por 190 millones de euros en efectivo, además de una participación del 25% en la nueva entidad surgida tras la operación.
Bruselas ha subrayado que la fusión reducirá de cuatro a tres el número de operadores de telecomunicaciones activos en Países Bajos, así como que la compañía resultante será la tercera más grande en ese mercado, después de KPN y VodafoneZiggo.
La principal sospecha del Ejecutivo comunitario es que la operación limitará los incentivos para competir en el mercado holandés. "Esto podría conducir a mayores precios y menos inversión en las redes de telecomunicaciones móviles", ha advertido la Comisión Europea en un comunicado.
Bruselas también cree que la fusión puede "debilitar" la presión de mercado y aumentar la probabilidad de que los operadores coordinen su comportamiento para elevar los precios, así como dificultar el acceso a las redes físicas de telecomunicaciones de operadores virtuales que también tienen actividad en Países Bajos.
"El acceso a unos servicios móviles de telecomunicaciones asequibles y de buena calidad se ha convertido en algo cada vez más importante en la vida moderna. Abrimos esta investigación en profundidad para asegurar que la transacción no supondrá un aumento de los precios o menor poder de elección en los servicios móviles para los consumidores holandeses", ha explicado la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.
La transacción fue notificada el pasado 2 de mayo a los servicios de Competencia de la Comisión Europea, que ahora disponen de 90 días, hasta el próximo 17 de octubre, para tomar una decisión. Sin embargo, Bruselas ha remarcado que la apertura de la investigación no prejuzga el resultado final de la misma.