Por Sarah Young
East ha estado reestructurando Rolls durante los tres años que lleva en el mando del fabricante de motores, pero el recorte de plantilla anunciado el jueves se produce en un momento complicado para la empresa, que ha tenido problemas con algunos motores de aviación que han enojado a sus clientes.
Componentes en algunas versiones del motor Trent 1000 que hace volar al Boeing 787 Dreamliner no están durando lo que se esperaba, forzando a la compañía a dejar aviones en tierra para llevar a cabo inspecciones.
East dijo que los despidos eran necesarios para ayudar a la empresa a conseguir un crecimiento rentable.
Estos permitirán a Rolls ahorrarse 400 millones de libras ($536 millones) al año a finales de 2020, pero le costarán 500 millones de libras en 2018, 2019 y 2020. Se contabilizarán como costes extraordinarios, lo que permitirá al grupo mantener sus objetivos de flujo de caja libre.
Rolls-Royce tiene una plantilla global de 55.000 empleados de los que 26.000 están Reino Unido. Este último recorte sucede a la eliminación de unos 5.000 puestos en tras una serie de alertas sobre beneficios en 2014.
La compañía dijo que los despidos se producirían principalmente en Reino Unido, donde se encuentran la mayoría de funciones corporativas y de soporte. En su sede de Derby en el centro de Inglaterra trabajan 15.700 personas.
Sandy Morris, analista de Jefferies, dijo que aunque los despidos no deberían ser una sorpresa para el mercado porque East ya había sugerido una nueva reestructuración, el momento no era el más adecuado.
A las 0757 GMT, las acciones de Rolls-Royce subían un 2,7 por ciento en la bolsa londinense, a contracorriente del FTSE 100, que cedía un 0,5 por ciento.
($1 = 0,7464 libras)