Jesús Nuño de la Rosa ha llegado a la presidencia de El Corte Inglés tras una moción de censura contra su predecesor. Una mayoría accionarial decidía expulsar a Dimas Gimeno y nombrar a Nuño de la Rosa nuevo presidente. Sin embargo, a diferencia de lo que suele ocurrir, el flamante máximo mandatario de los grandes almacenes no va a tener ni cien días de gracia para amoldarse al cargo.
Muestra de la actividad que tiene por delante, en parte heredada porque mantiene las labores ejecutivas que ya venía ejerciendo, es que ha convocado un consejo de administración para el próximo 26 de junio, aunque por ahora sin orden del día concreto. Además, en sus primeras horas como presidente ha visitado el centro comercial de Castellana, en Madrid; se ha reunido con los mandos intermedios y con los representantes de los trabajadores; y todavía ha tenido tiempo de enviar una misiva a los 100.000 empleados de los grandes almacenes.
Pero en el cajón del presidente de El Corte Inglés hay todavía más deberes. Las carpetas con los asuntos ‘pendientes’ y ‘urgentes’, los ‘marrones’ de toda la vida que deberá afrontar más pronto que tarde, se acumulan y no puede perder de vista que el 26 de agosto hay junta de accionistas y muchos de esos asuntos tiene que estar en perfecto estado de revista. ¿Cuáles son esos ‘marrones’?
La emisión de bonos
Aunque apenas se habla de ella, esta es la gran prioridad del nuevo presidente de El Corte Inglés. Fruto del acuerdo con la banca para refinanciar los 3.600 millones de deuda que tiene el grupo, hay que llevar a cabo una emisión de bonos de 1.200 millones de euros que debe sustituir al crédito puente que ha recibido el grupo.
Dicha emisión ha quedado paralizada ante la imagen que se vertía al exterior de la compañía durante la batalla accionarial. Ahora Nuño de la Rosa tendrá que conseguir recuperar la confianza en la empresa y lograr que las agencias de calificación le otorguen una buena nota para colocarla en las mejores condiciones.
Un nuevo consejo de administración
Dimas Gimeno ha abandonado la presidencia del Grupo, pero no la mesa del consejo. Seguirá ocupando su asiento como consejero hasta, al menos, la próxima junta de accionistas, en donde es posible que sea expulsado. Será una decisión que el nuevo presidente tendrá que tomar y, al mismo tiempo, proponer al resto del consejo de administración.
Junto a esa salida, que podría dar entrada a Carlota Areces en representación de Corporación Ceslar -que fue expulsada por Dimas Gimeno-, tendrá que abordar también qué va a ocurrir con dos históricos de la casa: Florencio Lasaga y Carlos Martínez-Echevarría. El mandato de ambos consejeros vence en agosto, y tendrá que decidir -junto a ellos- si renuevan o no el mandato. En caso de que la respuesta sea negativa, tendrán que ser elegidos sus sustitutos, lo que podría abrir la puerta a entrada de nuevos independientes, avanzando así en la modernización del Gobierno Corporativo de El Corte Inglés.
La paz accionarial
El compromiso de Nuño de la Rosa con sus trabajadores nada más aterrizar el pasado jueves fue el de blindar a la empresa de lo que ocurra con sus accionistas. Sin embargo, él no permanecerá al margen. Como presidente le corresponde intentar mediar en la medida de lo posible para lograr la pacificación del accionariado, algo en lo que lleva meses involucrado sin mucho éxito.
Será, probablemente, la tarea más dura a la que tendrá que enfrentarse. En especial porque el enfrentamiento entre Marta y Cristina Álvarez con Dimas Gimeno se ha trasladado mucho más allá de los temas estrictamente profesionales. Se trata de una disputa familiar en toda regla y, en muchas ocasiones, los sentimientos pueden más que la lógica; sobre todo cuando una de las partes está absolutamente convencida de que puede doblegar la voluntad de la mayoría.
Los frentes judiciales
El inicio de su mandato no va a ser tranquilo precisamente. Dimas Gimeno ya está ultimando diversas demandas. Por lo mercantil y por lo penal. En primer lugar, el objetivo estará en lograr que la justicia le sitúe como presidente de nuevo; en segundo, su objetivo es el de acudir a la vía penal y denunciar las supuestas irregularidades que se han cometido en las áreas de informática y seguridad de los centros comerciales. Es decir, poner el ventilador en marcha.
Al mismo tiempo, Nuño de la Rosa, junto a los abogados de El Corte Inglés, tendrá que decidir si quieren poner en marcha la maquinaria legal contra su todavía consejero. Hay quien dice que actúa con deslealtad hacia la compañía y, por tanto, corresponde una acción penal de responsabilidad.
Auditorías y buen gobierno
Precisamente y en relación con lo anterior, no estaría de más que Nuño de la Rosa impulse auditorías sobre los departamentos que están bajo sospecha. Aportar claridad y transparencia avanzando así en la modernización de las estructuras de la compañía es un paso que puede proteger a los accionistas.
Todo ello debería venir acompañado por un cambio en el gobierno corporativo de El Corte Inglés, creando comisiones dentro del consejo, lo que permita fijar los límites y funciones de los accionistas y de los gestores.
La salida a bolsa
Es el gran debate de El Corte Inglés. Lleva años sobre la mesa, pero nunca se materializa. El problema es que el jeque Al Thani, que hizo un préstamo participativo por 1.000 millones de euros se hará este verano con el 10% del grupo, suponiendo que obligue a devolverle los intereses en metálico, cosa poco probable. Eso significa que Al Thani cobrará el dinero vía acciones y alcanzará el 12,25% de la empresa, colocándose como tercer accionista.
En el contrato firmado con Dimas Gimeno figura que la salida del inversor, allá por 2020, se podría efectuar a través de una salida a Bolsa. Por tanto, de aquí a entonces no sería descabellado ver al grupo cotizando en el mercado, aunque tal como están las cosas en el sector no parece la mejor idea.
Tecnologizar su marca
Este es el gran reto de los grandes almacenes. Apostar por Internet. Actualmente es el tercer retailer online en España, una posición muy alejada de la que debiera ocupar una empresa como El Corte Inglés. Nuño de la Rosa deberá trabajar para lograr competir con Amazon o Ebay, y para ello no sólo es necesario ser capaz de distribuir en una o dos horas los productos que se adquieran en Internet.
La digitalización debe venir acompañada de una mejora de la experiencia de compra en el canal online; algo así como una amazonización de la forma en la que los clientes perciben comprar en la web de El Corte Inglés, alejándose de esa imagen arcaica que el público más joven puede tener de los grandes almacenes.
Inmobiliaria El Corte Inglés
El mayor activo con el que cuenta El Corte Inglés es su patrimonio inmobiliario, valorado en más de 10.000 millones de euros. Herencia de Isidoro Álvarez, le permite tener una capilaridad inigualable, con presencia en prácticamente todas las ciudades con más de 100.000 habitantes de España. Sin embargo, no todos los sus centros comerciales son rentables, por lo que tocará repensar qué hacer con ellos.
La inversión está hecha, está en proceso de amortización y la venta -por la estructura que suelen tener los grandes edificios de El Corte Inglés- es muy complicada. ¿Qué se puede hacer? Seguir apostando por ‘el espacio de las marcas’. Así que no sería de extrañar que pudiera plantearse la opción de abrir las plantas de El Corte Inglés a sus ‘rivales’ extranjeros como puede ser Primark o Uniqlo.
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