"Innovar o morir", es la máxima que el consejero delegado del BBVA, Carlos Torres, reclama aplicar a todos los sectores para subsistir en el marco de la economía digital. A su juicio, no sólo las empresas deben emprender ese camino, también los gobiernos y las autoridades regulatorias, que deben fomentar espacios de innovación que permitan experimentar sobre las tecnologías presentes y futuras.
Una de esas tecnologías será el blockchain (cadenas de bloques que permiten adoptar grandes libros de registros abiertos, que pueden compartirse y que ayudan a eliminar intermediarios), aunque todavía no está claro de qué manera se irá aplicando. "Su gran desafío es la escalabilidad y cómo funcionan los distintos protocolos", explica el CEO de BBVA.
Sin embargo, poco a poco el blockchain se va aplicando en distintos sectores como el financiero permitiendo que se "acorten" procesos a la hora de trabajar. Por ejemplo, en el caso de un préstamo corporativo, permite que banco y cliente tengan en todo momento la misma información de una manera "transparente y confiable".
Ese reto de la compartición de datos, así como la transparencia que aplica una tecnología como el blockchain, es otro de los grandes desafíos a los que nos enfrentamos. De ahí que Torres reclame a la Unión Europea lo mismo que lleva años pidiendo el sector fintech: la creación de un "sandbox", un espacio de innovación a nivel europeo que permita desarrollar productos, pero también "la regulación" para que se adapte a los estándares que nos hemos marcado hasta el momento.
El papel de las criptomonedas
En esos espacios de innovación se podría experimentar con blockchain y todos sus derivados, incluyendo las criptomonedas. ¿Eso supone fomentar la especulación? Para el consejero delegado del BBVA, no. A su juicio "ha habido mucho ruido, y hay que mirar más allá y fijarse en el potencial que tienen. Por tanto, investigar no es especular", sentencia. De hecho, ha pedido que el marco regulatorio en torno a las monedas virtuales "sea matizado" porque el actual es demasiado restrictivo.
Para Torres lo importante es conseguir que la disrupción tecnológica se vaya incorporando al día a día empresarial y ciudadano. De ese modo se lograría que todo el potencial de la tecnología "se incorpore de una informa inclusiva", sobre todo porque "el progreso económico y social dependen del desarrollo tecnológico", afirma.
El blockchain permitirá eliminar intermediarios, pero también acabar con la forma en la que entendemos ahora mismo las relaciones comerciales. Pondrá en cuestión el papel de los bancos, pero también de otros actores como las aplicaciones de los teléfonos móviles o las redes sociales.
Todos esos ejemplos, a juicio de Torres, nos llevan a pensar en un potencial para esta tecnología que "puede llevar a una economía descentralizada", en la que las principales interacciones se produzcan entre dos actores particulares, y en donde "la competitividad" aumente sobremanera.
Este análisis sobre el blockchain que ha hecho Carlos Torres se enmarca en los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo organizados por la APIE, en los que se analiza el papel de esta tecnología en la economía. Sin embargo, el consejero delegado de BBVA también ha hablado sobre otros asuntos como la sucesión al frente de la entidad.
La sucesión de FG
Carlos Torres insiste en que el proceso de sucesión de Francisco González el año que viene es algo que "corresponde al consejo", y será allí donde se decida el nombre del sucesor y el formato escogido para hacerlo. Es decir, si se opta por una presidencia no ejecutiva y un consejero delegado; o un presidente ejecutivo y un consejero delegado (como tienen el resto de entidades del país).
Lo que sí parece claro, como el propio González se ha ocupado de remarcar, es que en ese proceso Carlos Torres tendrá un papel esencial, aunque el CEO opte por desmarcarse de cualquier atisbo que le relacione con la sucesión de su presidente.
El consejero delegado del BBVA también se ha referido al impuesto sobre la banca que el Gobierno quiere plantear para financiar las pensiones. A su juicio, no debería plantearse una medida de ese calibre "porque encarecerá el crédito y provocará distorsiones en la economía", ha dicho.