Los fondos que pujan por el ladrillo del Sabadell tienen hasta el miércoles para presentar ofertas
La exposición inmobiliaria del banco se reducirá drásticamente una vez se complete la venta de las cuatro carteras.
24 junio, 2018 10:46El plazo para que los fondos finalistas presenten sus ofertas para adjudicarse las cuatro carteras de Banco Sabadell formadas por activos problemáticos, cuyo valor conjunto asciende a casi 11.000 millones de euros, se cierra definitivamente el próximo miércoles, 27 de junio, fecha a partir de la cual la entidad deberá elegir a los ganadores, según fuentes cercanas a fondos consultados por Europa Press.
La entidad presidida por Josep Oliu busca deshacerse de las carteras 'Challenger' y 'Coliseum', que suman unos 7.500 millones de euros y están formadas por activos adjudicados (REO), y de 'Makalu' y 'Galerna', valoradas en unos 2.500 millones y 900 millones de euros, respectivamente, y compuestas por créditos de colateral inmobiliario (NPL).
No obstante, según han explicado fuentes de mercado, el Sabadell solamente podrá desconsolidar de su balance durante este ejercicio la cartera de mayor valor, la denominada 'Challenger' (valorada en unos 5.000 millones de euros), ya que el resto necesita 'luz verde' por parte del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) debido a que los inmuebles que las constituyen proceden de la antigua CAM --Caja de Ahorros del Mediterráneo--, proceso que se podría alargar durante meses.
En diciembre de 2011, la comisión gestora del FGD decidió tomar parte en la reestructuración de la antigua CAM mediante la adquisición del 100% de sus acciones a través de la suscripción de hasta dos ampliaciones de capital por un importe total de 5.249 millones de euros, y vender posteriormente por un euro a Sabadell los títulos así adquiridos.
El FGD se comprometió también a asumir, durante el plazo de diez años --contando a partir del 31 de julio de 2011--, del 80% de las pérdidas derivadas de una cartera de activos predeterminada valorada en 24.644,3 millones de euros, con unas provisiones constituidas de 3.882,2 millones de euros.
Según un documento oficial del FGD, por pérdidas se entienden las que resulten de enajenaciones, daciones en pago, adjudicaciones u otras operaciones análogas ligadas a la cancelación de activos y de deterioros irreversibles puestos de manifiesto sobre los mismos durante la vigencia del esquema de protección de activos (EPA), así como de los deterioros razonables estimados en la cartera durante el periodo en el que está protegida.
Por estas carteras pujan los principales fondos internacionales especializados en deuda 'distressed' y activos con riesgo de impago que recogen un importante descuento sobre su valor nominal y cuya recuperación depende de su garantía o colateral.
El fuerte 'apetito' inversor por 'el ladrillo tóxico' del Sabadell se produce en un contexto en el que la incertidumbre política se mantiene en el Viejo Continente. Cerberus, Blackstone, Lone Star y Oaktree son algunos de los fondos finalistas para adjudicarse las dos primeras carteras, mientras que Deutsche Bank, Bain Capital, Oaktree y CPPIB competirían por los activos de las otras dos.
IMPORTANTE REDUCCIÓN DE LA EXPOSICIÓN INMOBILIARIA
Solamente con la desconsolidación de la cartera de mayor valor, la exposición inmobiliaria del Sabadell se situaría por debajo del umbral de los 10.000 millones de euros, mientras que con la venta de las cuatro se reduciría hasta el entorno de los 4.000 millones de euros, según los cuentas publicadas por el banco referidas al primer trimestre de 2018. Así, una vez se completen las transacciones, las cuentas del Sabadell presentarán un balance mucho más saneado.
A 31 de marzo de 2018, la entidad contaba con 14.923 millones de euros en activos problemáticos, lo que representaba un 17,6% menos que al cierre del mismo periodo de un año antes, cuando ascendía a 18.112 millones de euros. La cobertura de activos problemáticos se situó en un 55,2%, tras aplicar IFRS9, con una cobertura de dudosos del 56,6% y una cobertura de los activos adjudicados del 53,7%. Asimismo, la ratio de activos problemáticos netos sobre el total de activos se asentó en el 3,1%.
En la presentación de los resultados de los tres primeros meses del ejercicio, el consejero delegado del Sabadell, Jaime Guardiola, destacó, de hecho, que los activos problemáticos continuaban reduciéndose a "buen ritmo". "Las ventas de los activos adjudicados siguen mostrando resultados positivos", dijo.
UNA FUENTE DE LIQUIDEZ PARA LA BANCA
De este modo, Banco Sabadell sigue los pasos de otras entidades como Santander, BBVA o Caixabank en la reducción de la pesada 'mochila' de activos tóxicos que ha dejado la crisis financiera sobre sus balances.
Banco Santander, en el marco de la compra del Popular por el simbólico precio de un euro, se deshizo en agosto de 2017 del 51% de la cartera de inmuebles adjudicados, créditos dudosos procedentes del sector inmobiliario y otros activos relacionados con esta actividad del banco liquidado al fondo Blackstone por unos 5.100 millones de euros.
En virtud de este acuerdo, la entidad creó Quasar, una sociedad a la que Popular traspasó activos con un valor bruto contable agregado de 30.000 millones de euros y el 100% del capital de Aliseda, compañía que volvió a ser propiedad del Popular a finales de junio del año pasado.
De su lado, BBVA acordó en noviembre de 2017 la venta a Cerberus del 80% de su negocio inmobiliario por un precio de aproximadamente 4.000 millones de euros. Recientemente, la entidad también completó la venta de una cartera de crédito promotor, denominada 'Sintra', de 1.000 millones de euros al fondo de pensiones canadiense CPPI este mes de junio, con lo que su exposición al sector inmobiliario se redujo prácticamente a cero en "tiempo récord".
Esta operación se enmarcaba dentro de su estrategia anunciada a principios de 2017 para desprenderse de los activos inmobiliarios, que finalmente ha concluido prácticamente en la mitad del tiempo previsto.
Por último, Caixabank alcanzó un preacuerdo con Cerberus Capital Management esta semana para vender la cartera de créditos impagados denominada 'Proyecto Ágora' por valor de entre 650 y 700 millones de euros. El fondo norteamericano podría pagar unos 200 millones por la cartera. Además, el banco catalán podría estar analizando una posible segunda operación de este tipo.