Además de las empresas españolas, muchas de las cuales, como Talgo, aún no ha decidido formalmente si concurrirán finalmente a esta licitación, figuran otras compañías como Bombardier, Alstom, Hyundai o Mitsubishi, según señalan fuentes del sector.
Este proyecto, que se enmarca en el programa de infraestructuras lanzado por Mauricio Macri, está previsto que comience en la segunda mitad de 2020, finalice en 2023 y se desarrolle bajo el régimen de Participación Público-Privada (PPP).
Este nuevo proyecto ferroviario formará parte de la Red de Expresos Regionales (RER) y contempla el suministro y el mantenimiento durante 10 años de 169 trenes que permitirán doblar hasta 1.500 el número de actual de coches en servicio.
La nueva red ferroviaria proyectada permitirá interconectar 6 líneas de trenes metropolitanos de Buenos Aires que actualmente no se vinculan entre sí, y evitará hacer trasbordos para quienes tienen como destino el área central de la Ciudad o deseen viajar entre los distintos municipios de la región metropolitana de Buenos Aires.
Para ello, las líneas de trenes que hoy tienen cabecera en Retiro, Once y Constitución se extenderán a través de la construcción de 20 km nuevos de red y se vincularán entre sí con 8 nuevas estaciones subterráneas.
Está previsto que este proyecto beneficie a más de 10 millones de personas.
Además de este proyecto, que será clave para el desarrollo de Latinoamérica, a nivel internacional también figuran grandes actuaciones ferroviarias como el AVE de Egipto que busca unir El Cairo con Luxor, Asuán y Hurghada y que ha suscitado el interés de empresas como Talgo o Imathia, tal y como apuntan las mismas fuentes.
Argentina está inmersa en un ambicioso proceso para modernizar sus infraestructuras tras años de parálisis. Entre las actuaciones más demandadas destaca el impulso de las infraestructuras, del ferrocarril y de proyectos de transmisión de energía, entre otras actuaciones.
De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya ha expresado su respaldo al programa de ayuda financiera a Argentina, que incluye flexibilidad para elevar el gasto social, aunque ha advertido de que requerirá un fuerte compromiso político y de toda la sociedad argentina.