Parece un simple cambio de nombre, pero es mucho más. Naturgy es el sexto nombre que toma la que fuera fundada como Sociedad Catalana para el Alumbrado por Gas en 1843 y busca dejar clara la vocación internacional de una gasista que quiere ganar músculo en otras tecnologías y ser vista como energética.
“El mundo está cambiando. Los mercados, la tecnología y, especialmente, las personas evolucionan. Como compañía, nosotros tenemos que responder a estos retos respetando nuestros 175 años de historia”, afirmaba este miércoles ante los accionistas de la compañía su presidente ejecutivo, Francisco Reynés, que está a punto de cumplir su quinto mes al frente de la compañía. “No evoluciona el más fuerte o el más inteligente, sino el que mejor se adapta”, recalcó haciendo referencia al desafiante entorno que afronta el sector energético en pleno proceso de descarbonización.
La sociedad matriz pasa a llamarse Naturgy Energy Group, un nombre que revela esta vocación internacional de la compañía -al igual que la decisión de ir a Londres a presentar sus planes para los próximos cinco años-, y abarca tanto el negocio en España y a nivel internacional. También cambia el identificador con el que opera en la Bolsa de Madrid, a partir de ahora su ‘ticker’ en el Ibex 35 será NTGY, y cambiará su identidad tanto en redes sociales como para su página web.
Aunque el cambio de denominación social y marca empezó hace un año, antes de la llegada a la compañía del nuevo presidente ejecutivo, la empresa ha hecho coincidir el ‘rebautizo’ con la presentación de su nuevo plan estratégico. La idea a transmitir es clara: sobre los pilares de la centenaria Gas Natural Fenosa se construye una empresa nueva, que confía en un consejo de administración más pequeño y renovado y ha simplificado su estructura interna en búsqueda de una sencillez operativa que les de más eficiencia.
"Con Naturgy, construimos una marca internacional, adaptada a todos los mercados globales donde tenemos presencia y donde la tendremos en el futuro. Tras estos años de historia, damos un nuevo impulso para encarar nuevos compromisos, para estar más cerca de nuestros clientes allí donde estén y para apostar por ofrecer soluciones simples, sencillas y respetuosas con el entorno", afirmó Reynés.
Plan estratégico 2018-2022
La recién nacida Naturgy presenta este jueves en Londres, ante un centenar de analistas, la que será su nueva hoja de ruta para el próximo quinquenio. En las últimas semanas, la compañía ha delineado la que será su máxima para esta nueva etapa: sencillez y eficiencia.
“Estamos dispuestos a transformar la compañía focalizando todos los esfuerzos en la creación de valor para nuestros negocios, nuestros accionistas y nuestros clientes”, remarcó Reynés.
Al recorte en el número de miembros del consejo, que pasan de 17 a doce, se suma una nueva estructura organizativa en la que los negocios del grupo pasan a ser cuatro: Gas y electricidad; Infraestructura EMEA; Infraestructura Latinoamérica norte; e Infraestructura latinoamérica sur.
Cada una de estas patas de negocio tiene un equipo que trabajará para generar y gestionar su flujo de caja con una meta: potenciar su propio crecimiento. Por encima de estas cuatro unidades, queda otro nivel, la corporación, que se encargará de definir la estrategia y políticas del grupo, liderará el desarrollo inorgánico, controlará el rendimiento económico y los recursos corporativos y se encargará de la ejecución de proyectos singulares que afecten de forma transversal a toda la compañía.
Como explicaba Reynés ante los accionistas de la compañía, el plan sigue unas líneas generales que tienen que ver “con esta evolución de Gas Natural mirando hacia el futuro”. Las claves, avanzó, serán la simplicidad, la focalización, la eficiencia, la disciplina en la inversión, la innovación y la accountability, un término para el que no han encontrado una traducción fiel al castellano pero que describe la autonomía con que operará cada unidad de negocio y la reducción del peso de la corporación.
Hacia futuro, la energética quiere potenciar el crecimiento orgánico. A día de hoy, el negocio de Naturgy se reparte al 50% entre España y Latinoamérica. Ya tienen identificadas distintas oportunidades de crecimiento dentro de sus operaciones y, en palabras de Reynés, este tipo de crecimiento es el que les “motiva”. Es no quiere decir que cierren la puerta al crecimiento inorgánico, pero el presidente subraya que se hará de forma sensata y “sin emborracharse”. Reynés no dibuja un horizonte con grandes operaciones corporativas y asegura que la compañía “no está implicada” en ninguna en este momento, despejando los rumores que persiguen a la compañía desde hace un año sobre su interés en la portuguesa EDP.
El aterrizaje de CVC en el accionariado de Naturgy -en sustitución de Repsol-, se anticipaba como un posible acelerador de las desinversiones. El propio Reynés reconocía ayer que la directriz de los accionistas a la hora de elaborar el plan estratégico ha sido “crear valor”. El gran pilar del plan, apuntó, será buscar la rentabilidad en todos los negocios y en todos los países, aunque a cada uno se le exigirá lo que corresponda por sus circunstancias.
La compañía empezó hace más de un año un proceso de desinversión de activos no estratégicos que le ha llevado a dejar el mercado de distribución en Italia o, como comunicó este miércoles, a vender su participación en Kangra Coal e Iberafrica. “No es estratégico tener una mina de carbón ahora que la Unión Europea está focalizada en reducir las emisiones de CO2 ni tener una planta que se alimenta con diésel”, subrayaba Reynés al respecto. La multinacional está presente en más de 40 países y no sería raro ver nuevas desinversiones que vayan en esta línea de simplicidad y focalización que persiguen.
Apuesta por las renovables
El esfuerzo por ser vista como una energética global va de la mano con su interés en crecer en renovables. La compañía marcó un cambio de rumbo el año pasado, cuando se adjudicó los 667 megavatios (MW) en las subastas de nueva potencia ‘verde’ celebradas en 2017; este jueves subirá su apuesta en el nuevo plan con horizonte 2022. “Modernizamos nuestro símbolo para ser una energética global que ayudará a crear un mundo mejor”, sostuvo Reynés.
Aunque ha evitado pronunciarse sobre el cierre de centrales nucleares y de carbón, como ya ha anticipado que impulsará la nueva cartera de Transición Ecológica que dirige Teresa Ribero, Reynés se ha alineado con el argumento que defienden las demás energéticas: las operaciones tienen que ser rentables. El presidente de Naturgy ha asegurado que no se invertirá en ninguna de las centrales térmicas de carbón que no puedan cumplir con los criterios de rentabilidad. Es decir, la inversión en aquellas plantas que haya que modernizar para adaptarlas a la normativa europea de emisiones se estudiará desde esa perspectiva: si la operación no va a ser rentable, no se hará.
"No vamos a hacer inversiones que no impliquen la recuperación de la inversión, ya que el dinero no es nuestro, es de nuestros accionistas", aseguró el ejecutivo. En el aire sigue, por tanto, el futuro de las centrales de carbón de Meirama (A Coruña) y Tineo (Asturias), mientras que cerrará la de Anllares y ha procedido a realizar inversiones en La Robla.
Tampoco temen la entrada de nuevos competidores en la comercialización de energía, como es el caso de Cepsa o de su antiguo socio, Repsol. Reynés ha negado que la petrolera le esté tanteando para comprar sus ciclos combinados. "Repsol ha declarado que nos pretende hacer la competencia en la generación de electricidad, pero en ningún caso ha dicho que fuera a ser con ciclos combinados nuestros", argumentó.