Esto supondría un 5,18 por ciento más que lo registrado en el mismo periodo del año anterior. A su vez, su beneficio operativo habría alcanzado según esta estimación los 58 billones de wones (44.264 millones de euros), lo que implicaría un 4,92 por ciento menos que en el periodo abril-junio de 2017.

El dato de ganancia operativa de Samsung para el segundo trimestre está ligeramente por debajo de las expectativas de los analistas y, aunque supuso un avance interanual, se quedó muy por debajo de la cifra récord de 15,6 billones de wones (11.903 millones de euros) que registró la empresa en enero-marzo.

Además, esta es la primera vez en siete trimestres en que el gigante de Suwon (al sur de Seúl) cosecha un retroceso en su facturación.

La mayoría de analistas cree que el avance en el terreno operativo responde a su rama de chips, que ya en el segundo trimestre de 2017 duplicó las cifras de la de telefonía.

A la fuerte demanda de semiconductores habría que sumar la respuesta comercial aparentemente mediocre que ha recibido su último teléfono de alta gama, el Samsung Galaxy S9, lanzado entre marzo y abril.

Sin embargo, como es habitual, la empresa no detalló en su estimación de resultados ni el rendimiento de sus ramas de negocio ni su estimación de beneficio neto.

La compañía presentará su hoja de resultados financieros definitiva para el segundo trimestre hacia final de este mes.