Este cierre de oficinas no implicará despidos en la plantilla del banco, sino que responde a la intención de la entidad de transformarse y agrupar oficinas pequeñas en otras más eficientes de mayor tamaño.
Hace exactamente un año, Liberbank decidió aplicar un nuevo modelo de oficinas dentro del plan comercial del banco, que comenzó con la transformación de alrededor de 300 oficinas urbanas y continuó con la transformación de la red de oficinas rurales en agentes financieros para formar una red franquiciada.
El plan comercial afectará ahora a la red de oficinas en zonas en expansión como Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla o Valencia, que se reagruparán después de verano --previsiblemente el ajuste comenzará en el mes de septiembre--, por lo que el total de oficinas de Liberbank se reducirá en 58 sucursales, hasta un total de 694, según fuentes financieras.
El plan comercial de Liberbank configura un nuevo modelo de oficinas, adaptando y transformando las sucursales tradicionales a cuatro diferentes tipos de oficinas en función del tipo de los clientes y de las pautas de comportamiento en cada zona.
En concreto, la transformación implica una mejora del equipamiento tecnológico que permita al cliente una actuación en todos los canales posibles (omnicanalidad), tanto presenciales como a distancia, para lo que ha dotado a las oficinas con nuevos medios tecnológicos, como la renovación de los cajeros y la mejora de sus funciones, y tabletas en las zonas de espera.
Liberbank contaba con 1.150 oficinas en 2012, que se habían reducido a 771 sucursales al cierre de 2017. Con el nuevo ajuste, la entidad contará con algo menos de 700 sucursales, pero serán más eficientes y de mayor tamaño, según aseguran desde la entidad.