Los bufetes de abogados que asesoran a El Corte Inglés y a su expresidente Dimas Gimeno tenían previsto mantener ayer una reunión para acercar posturas y buscar soluciones a una crisis muy arraigada que parece no tener una salida fácil, dado que las posturas entre ambas parte están muy alejadas. Sólo una cosa está clara: no hay ninguna suma sobre la mesa ni garantías de que las conversaciones vayan a fructificar.
Abogados de los bufetes Sagardoy, en representación de los grandes almacenes y Cremades & Calvo-Sotelo por parte de Gimeno tenían previsto mantener este lunes esta reunión. El encuentro tiene como fin último acercar posiciones para intentar destensar la situación y encontrar una fórmula que satisfaga a todos.
Muy necesitado
Aunque se ha especulado con algunas cantidades en las últimas horas, lo cierto es que por ahora no se han hecho números. Lo natural es que las posiciones de ambos comiencen en una postura de máximos, algo que será esencial en el caso de Gimeno.
El expresidente de El Corte Inglés busca conseguir los 40 millones de euros que necesita para pagar los impuestos de la herencia en la que se hizo con un 13% de IASA, la sociedad controlada por sus primas Cristina y Marta que tiene más de un 22% en El Corte Inglés.
De hecho, Gimeno aspiraba a conseguir el dinero gracias a los dividendos obtenidos de la sociedad patrimonial de la familia Álvarez. Sin embargo, el expresidente asegura que las hermanas Marta y Cristina han optado -de forma unilateral- por evitar el reparto de los beneficios entre los accionistas. No sólo Gimeno está en el accionariado, también su madre y su tío César -los tres, por cierto, han denunciado a las hijas de Isidoro Álvarez-.
La posición en IASA de Gimeno convierte su participación en El Corte Inglés en indirecta, de ahí que en innumerables ocasiones en las últimas semanas haya solicitado que su participación se ‘escinda’ de IASA para pasar a ser directa. De hecho, esa posición de debilidad es lo que ha hecho que su batalla haya tenido poco recorrido, ya que no contaba con el apoyo del resto de accionistas, que se han posicionado claramente en su contra.
La compañía, aparentemente, no está dispuesta a llegar tan lejos. Especialmente porque consideran que Gimeno podría haber seguido siendo presidente no ejecutivo del grupo, con su sueldo intacto y sin moverse de su despacho, y que fue su cruzada la que terminó con su carrera en la compañía y su sustitución por Jesús Nuño de la Rosa.
Una situación compleja
Los abogados de ambas partes creen que tienen por delante una situación compleja que llevará varios días de trabajo. No sólo hablamos del expresidente del grupo, que también es consejero del mismo y que ha obtenido en los últimos años un conocimiento exhaustivo de las “tripas” de la sociedad.
No dejan de lado, además, el hecho de que se trata de una guerra familiar, con todos los componentes emocionales que eso implica, muy lejos de lo puramente racional.
Está por ver si los letrados son capaces de encontrar una solución extrajudicial, pero desde luego sería la mejor manera de poner fin a un problema que trasciende la habitual discreción del grupo y que provoca nerviosismo entre los cerca de 100.000 trabajadores de la compañía.