Según ha informado hoy la compañía, el resultado bruto de explotación o ebitda se ha situado en los 42,12 millones de euros, un 9,3% más.
El importante aumento de los precios de la sosa y los derivados del cloro, debido a la fortaleza de la demanda y la reducción de la capacidad de producción de cloro y sosa experimentada por el sector tras la prohibición de la tecnología de mercurio en Europa a finales de 2017, explica que las ventas hayan alcanzado los 334,68 millones, un 1% más que las obtenidas al cierre del primer semestre de 2017.
El menor consumo de electricidad conseguido ha incidido en el importe de los suministros, que se han reducido en 13,46 millones de euros, un 23,3% menos que en el mismo período de 2017.
La reestructuración del negocio del cloro también ha repercutido en la evolución de los aprovisionamientos, que ha aumentado un 3,8%, y en los gastos de personal, que han disminuido en 3,68 millones, básicamente por la reducción de plantilla.
A 30 de junio de 2018, la plantilla ascendía a 1.302 personas, 90 personas menos que en la misma fecha del ejercicio anterior.
Los gastos totales de Ercros durante el primer semestre han sumado 302,15 millones, mientras que las amortizaciones han aumentado un 6,6% por las inversiones puestas en marcha y ha situado el resultado de explotación o ebit en 32,55 millones, un 10,1% superior al año anterior.
El aumento del patrimonio neto de la compañía ha ido desde los 247,49 millones de euros al cierre del ejercicio 2017 hasta los 261,25 millones al cierre del mes de junio.
La deuda financiera neta ha disminuido un 1,4% y se ha situado en 87,98 millones de euros, mientras que las inversiones ejecutadas en el primer semestre han ascendido a 16,49 millones frente a los 20,66 millones de euros invertidos en el mismo período del año 2017.
La previsión para el conjunto de 2018 es de mantenimiento de las pautas de crecimiento puestas de manifiesto durante el primer semestre, aunque teniendo en cuenta que la segunda mitad del año incluye los meses de agosto y diciembre que, por razones estacionales, son períodos de menor actividad.