Ha querido mantenerse en la retaguardia hasta que la tormenta ha terminado. El magnate mexicano Carlos Slim, el máximo accionista de FCC, da por terminada la crisis en la compañía, razón por la que ha comparecido públicamente cuatro años después de desembarcar en el capital de la constructora.
En aquel momento, el ingeniero y empresario "rescató" la compañía cubriendo gran parte de las ampliaciones de capital realizadas por la empresa por un total de 1.700 millones de euros. Ahora, después de cuatro años de reformas y decisiones complicadas, el máximo accionista de FCC ha dado la cara por primera vez. En concreto, ha sido en el primer Investor Day de la compañía cuando Slim se ha presentado ante inversores en Madrid.
Un encuentro en el que han intervenido también la presidenta de FCC, Esther Alcocer Koplowitz; el consejero delegado de grupo, Pablo Colio; y el consejero delegado del grupo Cementos Portland Valderrivas, Gerardo Kuri. Su objetivo, informar de la situación de la empresa, un día más tarde de su última presentación de resultados.
Tras superar en 2017 cinco años consecutivos de "números rojos", la compañía obtuvo un beneficio neto de 151,7 millones de euros en el primer semestre de este año. "Tenemos una estructura financiera sana y sólida, el objetivo es seguir manteniéndola para acceder a cualquier tipo de proyecto en condiciones muy competitivas", ha explicado Slim en el encuentro.
Así, el máximo accionista ha querido resaltar la "capacidad de crecimiento" de FCC después una etapa "relativamente larga" de reestructuración de la compañía. "Frenamos las nuevas inversiones, suspendimos la venta de activos que se estaban vendiendo por debajo de su valor...", ha enumerado Slim. Ahora, se abre una nueva etapa en la que tampoco cierra la puerta a la recuperación del dividendo en 2019.
Tiempo de reactivar negocios
Y después de la etapa de freno, llega la de la reactivación. Así lo ha asegurado el magnate mexicano, después de que Colio hiciera un repaso sobre los resultados de las distintas áreas de negocio de FCC durante los últimos cuatro años -Medio ambiente, agua, construcción, energía y cemento-, por orden de importancia y aportación al ebitda de la compañía.
"No tengo la menor duda de la fortaleza y capacidad de realización de FCC", ha explicado Slim, que, no obstante, ha declinado hacer previsiones o fijar un plan estratégico. "Para nosotros no es usual aventurar cifras, porque crean expectativas raras en los mercados", ha apuntado.
No obstante, sí pueden "plantear objetivos y planes". Entre otros, aprovechar el boom inmobiliario tanto a través del grupo como de la filial Realia, reactivar los negocios de construcción de infraestructuras de energías renovables, y fomentar el crecimiento de todos los negocios a nivel internacional.
La guinda del pastel de estos años de reestructuración sería, cómo no, la recuperación del pago del dividendo, suspendido desde 2013. En este sentido, la liquidación de deuda con parte de los 1.028 millones que le reportará la venta del 49% de Aqualia a IFM le permitirá cumplir con la principal condición que le pusieron los bancos para recuperar el pago al accionista, que era reducir su pasivo a un importe inferior a cuatro veces su ebitda.
En los últimos cuatro años, y sin contar con lo que se obtenga de Aqualia, FCC ha reducido a la mitad su pasivo, desde los 8.250 millones de 2014 hasta los 4.000 millones actuales.
"La empresa presenta solidez financiera. Su situación ha mejorado mucho y es muy fuerte. Con lo cual, no sería raro que pudiera haber dividendos el año que entra", ha apuntado el magnate. La decisión, no obstante, la tendrían que tomar los accionistas en la junta. "Hasta ahora no nos tocaron muchas vacas gordas, pero ya están empezando a tocarnos", reseña.
De momento, Slim ha decidido que, este año sí, era el momento de hacer una presentación pública, con unas cuentas a la altura de sus exigencias. El tiempo dirá si se convierte en tradición.