“Si Fomento sigue tomándonos el pelo, el Taxi se va a levantar otra vez y se va a preparar una tremenda”. El que pronuncia estas palabras, con tono desafiante, es Antonio Fernández (nombre ficticio), uno de los taxistas de Barcelona que ha denunciado los hechos ocurridos esta semana en los que una veintena de vehículos aparecieron reventados en varias calles de la ciudad catalana.
“No puedo asegurar al 100% que se traten de los trabajadores de vehículos con licencia VTC, pero hay indicios claros de que lo que digo es cierto”. De momento, la denuncia ya ha sido interpuesta a los Mossos d´Escuadra y se está investigando.
A Antonio le hicieron trizas los cristales de las lunas y las ventanillas en plena noche, cerca de una de las naves donde descansan los característicos coches de las compañías de transporte privado. Algo, que según él, podría ser una prueba más del ataque. “No es la primera vez que pasa, nos han hecho (a los taxistas) destrozos, pero parece que hay intereses para que los malos de esta película seamos nosotros”.
Este veterano taxista de Barcelona posee tres licencias de taxi y asegura que “las repercusiones económicas son importantes porque he estado varios días sin poder utilizar mis vehículos”, asevera. A su vez vuelve a insistir en el clima insostenible que se ha convertido Barcelona durante estos días. “Parece que nosotros somos los malos, pero ellos también hacen cosas... y muy malas. No puedo denunciarlo porque no tengo las pruebas suficientes para ir a comisaría y decirlo, pero hay indicios claros. Bastaría con rebuscar entre las cámaras de seguridad que hay instaladas por toda la ciudad, pero parece ser que no interesa”, deja en el aire.
No obstante, en relación a ataques del miércoles, las primeras investigaciones de las fuerzas de seguridad apuntan a que podría haber sido un montaje fruto de las disputas internas de las diferentes asociaciones del Taxi de Barcelona.
Ataque a las empresas de VTCs
Lejos del hecho que se produjo esta semana, el taxista hace hincapié en los principales problemas por los que su sector se ha puesto en pie de guerra. “Es fácil poder trabajar las 24 horas, sin la obligación de parar un día a la semana y que todos sus empleados sean autónomos mientras que a nosotros nos cueste cada empleado 500 euros”, subraya.
En este sentido, asegura que las reglas “no son para todos igual” y que, de no cambiar la situación, las protestas irán en aumento debido a la “situación insostenible” en la que se encuentra el conflicto.
Expropiación de licencias
Septiembre se acerca peligrosamente para el Gobierno y para la segunda quincena del mes debe haber una solución si Pedro Sánchez no quiere ver a miles de taxistas paralizando nuevamente las ciudades. “Vamos muy en serio. Lo que pasó en julio es solo el principio, vamos a reventar las calles. Nos vamos a movilizar de forma organizada y nadie nos podrá parar. Toda España va a saber que el Gobierno no nos puede ningunear”, amenaza.
Las Comunidades Autónomas podrían ser la llave para solucionar el conflicto ya que podrían, de manera única, expedir licencias VTC. Este hecho, de momento, está por ver debido a los conflictos políticos que existen en nuestro país. “Es difícil que pueda ocurrir porque un partido barrerá para su casa y el PP no lo pondrá fácil. Pero pedimos una solución inmediata porque la situación es insostenible”, argumenta.
Ante la posibilidad de que el Gobierno no pueda ceder las competencias a las comunidades autónomas, Antonio propone expropiaciones de licencias VTC, algo de lo que se lleva hablando en el sector desde hace meses. “Esa posibilidad es un hecho. Es fácil y es legal”, asevera.
No obstante, EL ESPAÑOL habló con Luis Díaz-Ambrona, letrado de Lean Abogados y ex Abogado del Estado acerca de esta posibilidad. “Una licencia concedida por la Administración no puede quitarse por una decisión arbitraria o por la presión de la calle, en este caso de los taxistas. Llegar al punto de expropiar licencias sería el peor de los escenarios posibles” explica. “Lo primero que tendría que justificar la Administración es que existe una causa de interés social”, argumentó.
Por último, Antonio tilda de "bochorno" las nuevas licencias que se siguen otorgando y asevera, una vez más, que el Taxi se movilizará. "Entiendo las razones. La Justicia las está aprobando, por eso pedimos las expropiaciones, que apenas tienen un coste de 36 euros", subraya.
Este testimonio de uno de los taxistas atacados es un buen termómetro para medir el sentir de un sector que no ha dicho la última palabra. El tiempo vuela para el Gobierno y las soluciones parecen complejas. Por tanto, las calles de las principales ciudades podrían teñirse de blanco y rojo y de negro y amarillo, los colores característicos de los taxis de Madrid y Barcelona.
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