Cada vez que se anuncia un nuevo avance tecnológico, hay voces que advierten del peligro de que los trabajadores sean sustituidos por máquinas. Sin embargo, y aunque el 45% de los empleos actuales podrían automatizarse, "únicamente" un 10% de ellos corre peligro de desaparecer: la robotización conllevará una transformación de las funciones, más que una eliminación de puestos de trabajo.
Si bien es cierto que la tecnología permitirá a las empresas que muchas de las tareas actuales se realicen con menos personas, esa liberación de recursos humanos llevará a una mejora de los servicios que ofrecen a los clientes. Lo que antes era premium, se convertirá en estándar, lo cual no solo será positivo para los consumidores, sino que además hará que se mantenga el tamaño de la fuerza laboral.
Son las principales conclusiones de un estudio realizado por la consultora americana Oliver Wyman, que bajo el título Delivering the workforce for the future se alinea con la idea de los CEOs españoles de que la robotización creará más empleos de los que destruirá.
Valor añadido humano
Según su análisis, en el proceso de adaptación a la revolución digital, las organizaciones tendrán que afrontar una redefinición de su fuerza laboral, y perseguir la diferenciación a través de las habilidades humanas. En este sentido, el significado de rol laboral va a ir cambiando y los nuevos trabajadores deberán incorporar múltiples y diferentes habilidades, independientemente de su sector.
En consecuencia, las capacidades técnicas pasarán a ser un medio necesario para competir, mientras que las humanas constituirán la ventaja competitiva. Además, la tecnología se diseñará con los empleados, haciéndose cada vez más humana.
El estudio destaca así tres habilidades humanas únicas. En primer lugar, el dinamismo, es decir, la necesidad de adaptarse de forma continua, saber comunicarse y contar con una visión comercial; la devoción por el cliente, entendida como la capacidad de resolver los problemas de los usuarios y empatizar con ellos; y, por último, las habilidades de comportamiento, esto es, la capacidad de construir relaciones.
Nuevo ecosistema laboral
Para Oliver Wyman, el reto más importantes al que las empresas se enfrentan es el funcionamiento dentro de un ecosistema de talento extendido, cada vez más necesario en un entorno donde convergen factores como la falta de talento adecuado, la contención de costes, organizaciones cada vez más horizontales y generaciones de trabajadores con expectativas cambiantes.
Las compañías deberán ser capaces de llegar, así, a múltiples pools de talento de diferentes características: las colaboraciones con otras instituciones, el talento autónomo (freelance) y el crowdsourcing (generación de soluciones más creativas, innovadoras y rápidas).
Entre las ventajas que traerá consigo este nuevo entorno se encuentran, según indica el informe, el acceso a las mejores habilidades, ideas y experiencias, así como una mayor flexibilidad en un ámbito de cambio constante y una mayor eficiencia y control sobre los costes.