El presidente del Consejo de Administración del grupo multinacional germano, Werner Baumann, declaró en una conferencia telefónica con inversores que el fallo que obliga a Monsanto a pagar 289 millones de dólares (unos 253 millones de euros) "es inconsistente con las decisiones de los reguladores".
Baumann aludía al veredicto del 11 de agosto del jurado del Tribunal Superior de San Francisco (EEUU), que determinó que el fabricante estadounidense de transgénicos no advirtió correctamente del riesgo para la salud del uso del herbicida Roundup que comercializa y que contiene el polémico glifosato.
El hombre que demandó a Monsanto, quien deberá ser indemnizado ahora con 289 millones de dólares (unos 253 millones de euros), sostiene que el cáncer terminal que padece se debe a su exposición a ese herbicida, que utilizó de manera frecuente cuando trabajó como jardinero.
"Es una excelente herramienta para la agricultura moderna y los agricultores lo han utilizado durante más de cuarenta años", añadió Baumann, quien dijo que el herbicida "se puede usar de manera segura".
Alegó que "más de 800 estudios concluyen que el glifosato no causa cáncer" y, tras declarar que el cáncer "es una tragedia personal" y mostrar la "cercanía" del grupo empresarial con el hombre que demandó a Monsanto, insistió en que el veredicto "no tiene base, es inconsistente y creemos que es equivocado".
Los representantes de Bayer presentes en la conferencia con inversores destacaron que la decisión del tribunal estadounidense no es definitiva y puede ser apelada, aunque reconocieron que el proceso de apelación "llevará un año o más".
Aseguraron que la demanda de su producto no se ha visto afectada por el fallo del jurado estadounidense y que "no tendrá ninguna influencia" en otros casos relacionados con demandas contra el uso del glifosato en otras partes del mundo.
La comunicación de la posición de Bayer en este asunto no se ha conocido antes, dijeron los representantes del grupo empresarial, puesto que lo impedía la normativa que regula la integración de Monsanto en Bayer.
El grupo alemán cerró la compra de Monsanto el pasado 7 de junio, en una operación valorada en unos 63.000 millones de dólares (unos 54.000 millones de euros).
La semana pasada Bayer anunció que la integración de Monsanto podía comenzar después de la desinversión del negocio global de semillas hortícolas de la primera, adquirido por la también alemana BASF.
En esa ocasión, la farmacéutica alemana adelantó que ya podía "participar de forma activa" en los procesos abiertos contra Monsanto en relación con el herbicida glifosato y también en otros posibles litigios.
El pasado diciembre, la Comisión Europea (CE) renovó la autorización del glifosato durante cinco años y dijo que la responsabilidad de su autorización final es de los países, que pueden decidir libremente permitir que los productos a base de esta sustancia circulen legalmente en sus territorios nacionales.
Una Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) registrada para pedir la prohibición del herbicida e impulsada por organizaciones ecologistas logró recaudar más de un millón de apoyos en al menos siete Estados miembros de la Unión Europea (UE).
Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó en 2015 sobre los riesgos cancerígenos del glifosato, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Productos Químicos (ECHA) aseguraron después tener evidencias científicas para clasificar el herbicida, el más utilizado del mundo, como no cancerígeno.