Donald Trump ha vuelto a la carga con sus amenazas de imponer aranceles del 25% a los coches importados desde la Unión Europea. Durante un reciente acto electoral en Virginia, el presidente de Estados Unidos recuperó la senda del proteccionismo como arma arrojadiza contra sus enemigos políticos.
Las nuevas promesas de Trump recuerdan a la campaña previa a su llegada a la Casa Blanca y adquieren mayor relevancia frente a las elecciones parlamentarias de noviembre. El Presidente de EEUU retoma el extremismo ante su núcleo duro de votantes más conservadores y de paso aumenta la incertidumbre del sector del automóvil europeo, que creía que el tema estaba zanjado tras las últimas reuniones entre Trump y el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker.
El objetivo inicial de la Administración Trump era publicar la lista definitiva de nuevos aranceles en agosto, pero todo se ha retrasado aumentando la inseguridad en un sector clave para la economía de los países europeos. Una crisis que el sector del automóvil español vive en primera persona y que llega en un momento en que las cifras de exportaciones de coches -y de su producción- experimentan un claro estancamiento.
Caída en las exportaciones de junio
Los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo reflejan un frenazo de las ventas al exterior de la industria del automóvil española. Solo en el mes de junio, el sector realizó envíos por valor de 4.202 millones de euros, una caída del 0,2% comparada con igual mes del año pasado. Si solo incluimos coches y motos, la caída es del 0,6% tras llegar a los 3.058 millones y crece un 0,7% en el apartado de los componentes de automóvil, que llegó a los 1.144 millones.
En términos semestrales el sector creció un 2,2% -frente al primer semestre de 2017- hasta los 24.768 millones. No obstante, esta mejora se ha dado casi exclusivamente por el empuje de los componentes que crecieron un 6% hasta los 7.117 millones, ya que la venta de coches apenas creció un 0,7% hasta 17.651 millones. El 17% de todas las exportaciones españolas en este periodo corresponden a coches y componentes, demostrando que el sector es clave para la industria española.
Por áreas geográficas, Estados Unidos es el tercer mercado para los coches españoles después de la Unión Europea y Turquía, por lo que la aplicación de cualquier arancel podría otorgar más incertidumbre a un sector que ya redujo en un 1,5% su producción durante el año 2017 con 2,8 millones de coches. Paradójicamente Estados Unidos también cayó en este ranking en 2017 tras reducir su producción en un 8,1%.
Los riesgos del sector
Frente a esta situación, la preocupación en el sector europeo del automóvil es importante. Los analistas han advertido de los riesgos para la industria si finalmente Trump pone en marcha sus temidos aranceles, mientras que en España compañías como CIE Automotive se han hundido en Bolsa en las últimas semanas al constatar los riesgos de estas medidas.
Pero Trump no es el único riesgo para el sector. Las nuevas normativas e incertidumbres por regulaciones medioambientales también han puesto freno al sector, que ya se vio afectado en 2017 por el impacto de la caída de la demanda en Reino Unido por el Brexit. Los objetivos del sector estaban encaminados a lograr tres millones de coches producidos en el mediano plazo, pero el frenazo del año pasado ha puesto paños fríos a estas previsiones.
En el sector no creen que el efecto Trump sea decisivo para dinamitar las exportaciones, pero sí lo ven como un elemento más de incertidumbre que se suma a una industria que comienza a tener demasiados elementos en contra. En el sector recuerdan que el conjunto de las fábricas que producen coches y componentes representan el 8,6% del PIB y dan empleo al 8% de la población activa en España.