En concreto, la facturación de Best Buy totalizó 9.379 millones de dólares (8.000 millones de euros) en su segundo trimestre fiscal, por lo que se incrementó un 8,9% con respecto al mismo periodo del ejercicio precedente.
Los costes de los productos vendidos aumentaron a un menor ritmo (+5,3%), hasta un total de 7.150 millones de dólares (6.103 millones de euros). Por otro lado, los costes administrativos y generales avanzaron un 2,5%, hasta los 1.877 millones de dólares (1.602 millones de euros).
Como ha ocurrido con otras empresas estadounidenses, el incremento en los beneficios netos ha estado afectado por la reforma fiscal impulsada por Donald Trump. Debido a esto, a pesar de haber registrado un mayor beneficio bruto, la tasa fiscal efectiva bajó del 32,6% al 25,7%, lo que se traduce en que la provisión para impuestos se redujo un 15,8%, hasta los 85 millones de dólares (72,5 millones de euros).
Las cifras logradas en el segundo trimestre han "excedido" las expectativas de la compañía, según ha especificado el presidente y consejero delegado de Best Buy, Hubert Joly, que también ha destacado que las ventas comparables han estado impulsadas por un "entorno favorable".
En línea con estos resultados, la compañía ha elevado la previsión de crecimiento de las ventas comparables hasta el rango de entre el 3,5% y el 4,5%, desde el 2% anterior.