En concreto, la OCC multó con 6 millones de dólares (5,1 millones de euros) a Santander Bank NA en 2015 por cobrar a sus clientes por un producto antirrobo, llamado 'Sovereign Identity Protector' que nunca recibieron o solicitaron.
Además, el regulador emitió una orden de consentimiento, una figura legal que representa un acuerdo entre dos partes, que instaba a la entidad financiera a devolver a sus clientes el dinero cobrado, que llegaba a los 37,6 millones de dólares (32,1 millones de euros).
Dicha orden de consentimiento estaba en vigencia desde 2015 hasta este miércoles, según ha detallado el banco.
El consejero delegado de Santander US, Scott Powell, ha indicado que el cese de la orden de consentimiento resume el "progreso" que ha realizado el banco. "Esperamos operar con mayor libertad mientras seguimos ganando la confianza de nuestros clientes actuales y nuevos", ha añadido.