En concreto, este inversor no identificado ha formulado a los bancos acreedores de Adveo una oferta de compra no vinculante. En este sentido, las entidades financieras han solicitado a la cotizada que les proporcione toda la información que el oferente solicite con el fin de lanzar una oferta definitivamente vinculante, según consta en un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La antigua Unipapel ha advertido a sus accionistas que en caso de seguir adelante este proyecto, supondría "una significativa y relevante dilución". Aún a la espera de que se concretasen los términos de la operación, la conversión de la deuda en acciones supondría una abultadísima ampliación de capital, que conllevaría "la desaparición de la deuda financiera" del grupo y "resolvería de una forma definitiva el problema de endeudamiento estructural que arrastraba".
Ante esta amenaza, las acciones de Adveo se han desplomado desde los 1,85 euros del cierre del martes hasta los 0,79 euros. Es decir, un contundente desplome del 57,3% que ha estado acompañado por un elevado volumen. Se han negociado 5,8 millones de títulos, cuando su media diaria se limita 133.000 acciones.
Las entidades tenedoras de la deuda financiera son BBVA, Banco Sabadell, CaixaBank, Banco Santander (también a través de su ahora filial Banco Popular), Bankia y Kutxabank. El consejo de administración de la compañía ha anticipado que, "atendiendo al mejor interés", aceptará "las solicitudes iniciales de las entidades y el oferente, sin perjuicio del análisis de los términos y condiciones concretos" en el momento en que estos se concreten.
Desde la cúpula directiva se apunta también que la operación planteada contribuiría a "construir un grupo líder multicanal" en Europa en el espacio de las soluciones para el entorno de trabajo, objetivo último de su estrategia. En este sentido, advierte de que si la operación condujera a "una concentración empresarial", se requirirían las autorizaciones pertinentes en estos casos.