El consejero delegado del BBVA, Carlos Torres ha querido despejar dudas sobre la situación de Garanti, su filial en Turquía. Según ha dicho, la exposición es de 4.400 millones de euros que es el valor contable de su participación en el banco.
Ha recordado también que la entidad sigue en Turquía una política de coberturas de tipo de cambio, y hay una "baja sensibilidad a los movimientos de la lira", por lo que la depreciación de la moneda casi no afecta al capital. "Cada 10% de caída sólo supone dos puntos básicos de capital", ha sentenciado.
En cualquier caso, sí ha insistido en que Turquía "tendrá que tomar medidas" para romper el círculo vicioso entre inflación y la devaluación de la moneda que se ha visto en los últimos meses.
Freno a la regulación
A punto de cumplirse una década del origen de la mayor crisis financiera de la historia, Torres ha reclamado a los reguladores que pisen el pedal del freno de la regulación bancaria.
A su juicio, en estos diez años se ha creado todo un marco legislativo que he permitido, entre otras cosas, unos bancos más fuertes, saneados y capitalizados, así como avanzar en la unión bancaria. Sin embargo, Torres considera que es momento de “pararse a valorar el impacto de las medidas ya adoptadas”.
“Los reguladores tienen la tarea de encontrar un equilibrio entre la estabilidad financiera y la eficiencia, algo fundamental en la incipiente recuperación”, ha dicho. Para que se pueda conseguir, el máximo ejecutivo del BBVA cree que es necesario “reflexionar” sobre la “efectividad” de las normas adoptadas hasta ahora antes de seguir legislando.
Ojo al crédito
Una petición que ha hecho en el Congreso en la comisión de investigación sobre la crisis financiera, en la que ha reclamado “certidumbre legal” para que los bancos se puedan centrar en su negocio y “apoyar la recuperación económica sin provocar una restricción indeseable del crédito”, ha sentenciado.
Para el consejero delegado del BBVA, el sector financiero necesita apostar por la recuperación de la confianza, sobre todo ante la presión de nuevos actores como las fintech. Se suma a la petición de sus colegas de un marco normativo igualitario para todos los actores, pero también ha dejado entrever que parte del futuro de la banca pasa por “crear oportunidades para los clientes a partir de los datos”.
Es decir, Torres deja entrever el final del dinero como base del negocio, y aboga por convertirse también en un proveedor de servicios en donde “la confianza es clave, bien sea con dinero o con los datos”.
Otros retos
La rentabilidad es la otra palabra clave para el responsable del BBVA que, al igual que el resto de sus colegas, piensa que es fundamental alcanzar unos “niveles mínimamente aceptables” para que el sistema financiero sea fuerte y evite errores del pasado y pueda entrar en problemas en caso de una futura crisis.
Para Torres es importante tener en cuenta que “no es descartable que, a futuro, se planteen nuevas crisis”, y ha puesto encima de la mesa algunos de los riesgos que hay para la economía mundial en este momento: “el precio del petróleo, la incertidumbre política y la guerra comercial”, ha indicado.
BBVA y la crisis
El responsable de BBVA también ha cifrado en 2.500 millones la contribución de la entidad a la resolución de la crisis financiera. Una cifra que se basa en aportaciones directas al Fondo de Garantía de Depósitos y al Fondo Único de Resolución.
A ello hay que sumarle, ha dicho, la adquisición de UNIM y Caixacatalunya, así como la solución otorgada a los clientes de UNIM que tenían preferentes y que ha cifrado en otros 500 millones de euros.
Torres se ha referido también, a preguntas de los diputados, a la resolución del Popular sobre la que ha dicho que "la solución aportó estabilidad y ayudó a que el sistema financiero español no tuviera una situación crítica".