Santamaría, que ha participado hoy en una mesa redonda en el III Foro Energético de el diario El Economista, ha manifestado que es posible cerrar las centrales nucleares españolas cuando cumplan los cuarenta años de vida para los que fueron diseñadas (seis centrales en total que suman ocho reactores y que cerrarían entre 2020 y 2028) "sin gran afección".
Ha añadido que la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) será la que tendrá que liderar el estudio y el análisis de cómo proceder al cierre, pero ella cree que es "viable".
El consejero delegado de Endesa ha manifestado que cualquier sustitución de la energía nuclear tendrá que conllevar un sistema que garantice una "potencia firme" (actualmente la potencia nuclear instalada en España son 7.700 megavatios).
Además, ha señalado que se debería tener hecho un almacén temporal centralizado (ATC) de residuos nucleares -después de paralizarse la construcción del de Villar de Cañas (Cuenca)- con capacidad para manejar 70 contenedores anuales, y ha señalado que hasta que no haya uno puede haber dificultades técnicas para parar cualquier central antes de 2027-28.
En cuanto al cierre de las plantas de generación eléctrica por carbón, Santamaría ha dicho que estas instalaciones tienen ya un papel limitado y no están "alineadas" con las políticas medioambientales de la UE.
Ha recordado que Iberdrola pidió hace un año la autorización para cerrar sus dos últimas centrales de carbón en el mundo -Lada (Asturias) y Velilla (Palencia)- y ha afirmado que es viable clausurar las que hay en España manteniendo la garantía de suministro eléctrico.
Ha admitido que estos cierres tendrán impacto en el tejido industrial y el empleo, y ha añadido que todos los agentes tienen que colaborar para mitigar esos efectos, al tiempo que ha recordado que hay ayudas europeas que ya utilizan países como Polonia y Alemania para crear alternativas en comarcas afectadas por la transición energética.
José Bogas opina también que el carbón cerrará, pues al final la legislación y el coste de las emisiones de CO2 harán que no tenga encaje en el 'mix' eléctrico (combinación de diferentes fuentes de energía que cubren el suministro).
También el presidente de Viesgo, Miguel Antoñanzas, considera que "el carbón esta encaminado a llegar a su fin de vida", aunque ha dicho que ese final tiene que ser justo.
Por su parte, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha afirmado que la partida de la descarbonización se juega en Asia, y ha destacado que será la capacidad de que haya gas natural a bajo precio la que reducirá el consumo de carbón en ese continente, donde las proyecciones de crecimiento del consumo eléctrico son muy grandes.
En el mismo sentido, la consejera delegada de Engie, Loreto Ordóñez, ha dicho que su compañía ha desinvertido en la generación con carbón, aunque ha señalado que la ecuación económica carbón-gas no funciona porque el coste marginal de producir con carbón sigue siendo más barato.