Serrano (GMV): "España exporta ingenieros a todo el mundo porque hace las cosas bien como país"
- El CEO de GMV, Jesús Serrano, habla con EL ESPAÑOL y repasa la historia de una compañía que nació en los 80 con cuatro empleados y en un garaje.
- Esta ingeniería aeroespacial acaba de ganar el mayor concurso lograd por una empresa española en el sector.
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Hay momentos que marcan un antes y un después en una empresa. Un ejemplo claro lo podemos ver en el ya casi difunto iPod de Apple. Un reproductor de MP3 que cambió para siempre la historia de una empresa que, hasta ese momento, vendía ordenadores personales y productos para ellos. El 23 de octubre del 2001 Steve Jobs convocó a los medios de comunicación, y mientras se sacaba del bolsillo un iPod de primera generación dijo: “Escuchar música nunca volverá a ser lo mismo”. Lo que pasó después es historia y se ha contado miles de veces. El pasado 7 de septiembre GMV vivió un día de esos.
En presencia de Pedro Duque, Ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, quien pasó por las filas de la empresa en 1986, Jesús Serrano, Director General de GMV, anunciaba que la empresa había ganado un concurso con la Agencia Espacial Europea valorado en 250 millones de euros. Ni más, ni menos que el mayor concurso de la historia de la industria espacial española. Un hito que supone un antes y un después en la historia, no solo de GMV, sino de todo el sector en su conjunto.
Esta empresa nació como lo hacen muchas compañías exitosas tecnológicas norteamericanas: en un grupo de trabajo de una Universidad. Desde allí el Doctor Juan José Martínez García y un grupo de compañeras fundaron GMV en 1984. Tras unos comienzos muy humildes llegó a tener 100 empleados al final de esa década.
Con la llegada de los 90, la empresa apostó por diversificar y comenzó a operar en sectores como defensa, banca y seguros o automoción entre otros. Una serie de líneas de negocio que se alimentaron de todo lo aprendido en el sector espacial y que poco a poco fueron retroalimentando a la división originaria. Al terminar esta década, la empresa triplicó su plantilla hasta los 300 trabajadores y llegó a los 20 millones de euros de facturación.
Con la llegada del nuevo siglo GMV entraría de lleno como fundadora en el desarrollo del sistema de posicionamiento Galileo. En 2001 la empresa sufre el que seguramente haya sido el golpe más fuerte de su historia: El Doctor Juan José Martínez García fallece. La compañía consiguió sobreponerse a la pérdida de su fundador y comenzó una estrategia de internacionalización que le llevó a que a día de hoy ya cuente con 1.800 trabajadores y una facturación anual de 160 millones de euros y pueda ganar concursos antes inimaginables.
En todo este proceso, y casi desde sus orígenes, Jesús Serrano ha sido un espectador privilegiado del crecimiento de esta compañía y una de sus piedras angulares. Tras anunciar la consecución del contrato más importante de la historia de la compañía, Serrano atendió a EL ESPAÑOL para analizar lo ocurrido y cuáles son sus planes de futuro.
¿Forma parte de GMV casi desde los primeros años, cómo ha cambiado la empresa en este tiempo?
Empecé en Alemania trabajando en la Agencia Espacial Europea. A mi vuelta me incorporé a GMV en marzo de 1986 pocos años después de su fundación. Cuando llegué eramos 5-6 personas. Hoy somos 1.800. A lo largo de este tiempo hemos luchado por demostrar en Europa y en la Agencia Espacial Europea que en España había buenos profesionales. Algo que en los primeros años de nuestra andadura generaba muchas reticencias, respecto a profesionales de otros países con más tradición como Francia o Alemania. Pero desde el primer momento vimos que era posible, que estábamos perfectamente cualificados para hacer un buen trabajo en este sector.
Este contrato, ¿supone un salto muy importante para ustedes?
Es un salto enorme. Además, para los que llevamos tiempo trabajando en la división espacial tiene un significado muy importante. Por el tamaño y por la responsabilidad que conlleva. Hemos luchado por jugar un papel relevante en el sector espacial y, con el paso de los años, hemos demostrado que se podía confiar en nosotros. Pese a eso, hasta ahora habíamos alcanzado ciertos límites de tamaño de proyectos que no lográbamos superar. Ahora lo hemos conseguido. Este proyecto es el mayor contrato de la historia ganado por una empresa española en el sector espacial. Rompe el status quo de la industria española y nos da acceso a la primera división. Un lugar al que, hasta ahora, solo tenían acceso compañías de Francia, Alemania o el Reino Unido.
¿Cree que generará un efecto llamada para oportunidades similares?
Por supuesto que sí. Este contrato es bueno para GMV, para las empresas del sector espacial españolas y para la administración española. Hemos abierto un camino por el que nosotros vamos a seguir pero que también va a permitir que otras empresas españolas pasen por él. Conseguir un proyecto de esta relevancia y de este tamaño es muy complicado. Hay mucha competencia y hay que convencer a los organismos de que tienes la mejor alternativa. Nos ha llevado más de dos años ganar este concurso. Ahora entramos en la segunda parte, que también es muy compleja: cumplir con las expectativas del cliente. Es un proyecto grande y complejo, pero estoy seguro de que vamos a demostrar nuestro nivel.
Durante cuántos años va a aportar trabajo este contrato? ¿Va a permitir crear empleos en España? ¿Qué perfil de trabajadores va a necesitar?
Está previsto que este contrato tenga una duración de cuatro años y medio. Arrancamos ya mismo. De hecho, la misma tarde de la presentación ya realizamos una primera reunión de trabajo. El 60% de las actividades se van a realizar en España para lo que vamos a contar con personal de GMV y otras empresas españolas. En total, esto puede significar unos 180-200 puesto de trabajo de muy alta cualificación. Perfiles técnicos que van de la ingeniería, a las matemáticas o la física.
¿Hitos como este refuerzan la idea de que merece la pena invertir en I+D?
Hoy celebramos este éxito pero se puede decir que GMV lleva trabajando para este contrato casi desde nuestra fundación. Comenzamos en el sector de la navegación por satélite a principios de los 90. En todos estos años hemos desarrollado mucho I+D y muchas capacidades tecnológicas en el ámbito de la ciberseguridad. Una cuestión que ha sido muy importante para hacernos con este contrato. A lo largo de este camino nos hemos convertido en líderes mundiales de centros de control de satélite. El I+D para nosotros es fundamental, pero es un camino muy complejo. Hay muchas líneas de desarrollo de producto que no llegan al destino esperado. Lamentablemente hay que cerrarlas después de mucho esfuerzo. Pero, de esos supuestos fracasos, hemos aprendido tanto como de los éxitos y parte de lo aprendido en esos proyectos fallidos nos ha ayudado a ganar este concurso.
¿Cómo valora la situación del I+D en España?
Estamos haciendo bien las cosas como país. Tenemos mecanismos e iniciativas totalmente alineadas con las necesidades de una empresa que apuesta por el I+D. La única diferencia con otros países es la presupuestaria. España ha pasado una crisis muy importante y se ha llevado por delante gran parte de ese presupuesto. Pero, para mi, en este tiempo ha cambiado algo más importante. Históricamente en España la sociedad tenía menos inquietudes respecto a los aspectos de tecnología de innovación. Cuando yo era joven se oía mucho eso de que “para inventar ya están los alemanes”. Ahora, en cambio, exportamos ingenieros y talento a todo el mundo. La situación se ha dado la vuelta totalmente. Obviamente queda camino por recorrer pero estamos en una dirección mucho más buena que cuando yo era joven.
GMV es una empresa muy diversificada, ¿espera alguna alegría antes de que termine el año de las otras divisiones?
Espacio supone el 50% de nuestro negocio. Obviamente el rango no va a ser el mismo de este contrato pero sí, esperamos que desde otras divisiones de la empresa antes de terminar el año tengamos alguna alegría más.
Usted llegó hace más de 30 años a esta empresa, ¿dónde ve a GMV dentro de otros 30 años?
La verdad es que me resulta imposible dar un salto de 30 años. En esta industria es muy difícil. Hasta nuestro fundador, Juan José Martínez García, en los primeros años siempre decía lo mismo: “Ojalá algún día tengamos 100 ingenieros contratados”. Este año ya somos 1.800. Es muy complicado hacer una previsión a tanto tiempo. Lo que sí diría es que veo duplicando tamaño a GMV en los próximos 10 años.