El alza del precio de la electricidad en el mercado mayorista está dando estos días más de un dolor de cabeza. El cóctel de factores que ha llevado a que el precio de la electricidad se sitúe en máximos anuales en estos primeros días de septiembre, y que se dejará sentir en el bolsillo de los clientes en mayor o menor medidas, podría mantenerse como tónica general para lo que queda de año.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez asegura que está trabajando ya en políticas dirigidas a una “evolución racional” de los precios. Para ello, es necesario ‘atacar’ los costes del sistema, revisar la fijación de precios en el mercado mayorista o limitar la capacidad de la tecnología hidráulica para fijar el precio en el ‘pool’.
Para lograrlo, comentan desde el Ministerio de Transición Ecológica, “todas las opciones están sobre la mesa”. Una de ellas podría ser meter la tijera a la fiscalidad que pesa sobre la energía. El presidente Sánchez ya ha cerrado un acuerdo con Podemos para bajar el IVA en los productos de primera necesidad, pero no se ha especificado si esto afectará al recibo de la luz, que está considerado como servicio básico.
A falta de que la ministra Teresa Ribera explique en el Congreso el próximo 19 de septiembre esta subida del precio de la electricidad y qué harán para contener su impacto sobre el consumidor, el Gobierno ya avisa: no hay soluciones mágicas para frenar una escalada que, a la vista de la tendencia, no tiene previsto echar el freno.
Aun así, hay ciertos aspectos que conviene tener claros para entender mejor el galimatías del mercado eléctrico, los precios y cómo afecta al bolsillo.
¿Cómo se estructura mi factura de electricidad?
Como consumidor eléctrico, hay dos posibilidades: ser cliente con tarifa regulada (el Precio Voluntario al Pequeño Consumidor, o PVPC, solo disponible para aquellos consumidores con potencias contratadas inferiores a 10 kW) o tener contrato a precio libre. Actualmente, hay alrededor de 29,3 millones de puntos de suministro, de los cuales casi 18 millones están en el mercado libre (un 60%).
La factura de la luz se divide en una parte variable (alrededor del 30%) y la parte fija (casi un 70%). En esa parte variable se incluye el precio de la generación de energía y el consumo que hace cada cliente. En la parte fija hay una amalgama de peajes, primas e impuestos, pesando estos últimos un 25%.
¿Cómo se fija el precio de la luz (de forma sencilla)?
El mercado mayorista o ‘pool’ eléctrico es el punto donde los actores negocian cada día la compra y venta de energía para satisfacer las necesidades de electricidad para cada hora del día. Se llama ‘pool’, piscina en inglés, porque cada generadora de energía “vierte” sus ofertas a este mercado desde cada una de sus plantas (centrales nucleares, hidráulicas, ciclos combinados, renovables…) para dar respuesta a la demanda que se estima que producirá al día siguiente.
Primero entran al ‘pool’ los proveedores que ofrecen energía más barata y se van cubriendo los megavatios de demanda prevista con el resto de tecnologías. Lo más frecuente es que entre primero la energía nuclear -porque es más caro detener la operación y volver a arrancarla que hacerlas operar de forma contínua, así que es habitual que oferten su energía a coste cero
El proceso de ‘casación’ de oferta y demanda se cierra al precio de la última tecnología que entre en el ‘pool’ y es la que define el precio marginal que recibirán todas las demás que también participen en el mix de ese día.
Así, para una jornada pueden entrar en distinto nivel energía nuclear, hidráulica, renovables de distinto tipo o carbón y ciclos combinados. El operador del mercado, Omie, es el encargado de ordenar las ofertas recibidas de menor a mayor precio (con un límite de 180 euros/MWh).
Por ejemplo, en España, este domingo 9 de septiembre la tecnología que más ‘inyectó’ al mercado fueron las renovables, seguidas de la nuclear y el carbón. Además, una porción de la demanda se cubrió con energía procedente de centrales hidráulicas. De media, el precio medio de la energía fue de 72,09 euros. La gran hidráulica y las térmicas suelen ser las tecnologías que marcan el precio de mercado.
Las renovables son ya famosas por abaratar considerablemente el precio en el mercado: cuanta más demanda cubren, menos espacio dejan a las tecnologías más caras. De ahí el pretendido impulso por ampliar la producción ‘verde’ -con nuevas plantas de generación eólica, fotovoltaica y de otras tecnologías-, así como para lograr objetivos de reducción de emisiones al utilizarlas para sustituir a las energías fósiles.
¿A qué se debe la escalada de precios en el ‘pool’?
Gobierno, eléctricas y Competencia se han alineado para explicar el repunte de los precios que vive el mercado mayorista en los últimos meses: un combo de factores externos como el encarecimiento de las materias primas (gas, ligado al alza del petróleo, y carbón) y de los derechos de emisión de CO2, y factores locales como una ola de calor que ha disparado la demanda eléctrica y la proporción de energías fósiles -contaminantes y más caras- en la generación en detrimento de las renovables, más baratas.
El resultado es que el pasado mes de agosto el precio medio de la electricidad en el mercado mayorista se encareció un 35% respecto al mismo mes de 2017, hasta los 64,3 euros/MWh, y casi un 4% más caro que en julio. A ese cierre de mes le han seguido unos primeros días de septiembre de nuevos máximos, con un pico el pasado día 5 en el que la energía se vendió en el ‘pool’ a 74,58 euros/MWh.
Para los expertos, a la vista de la tendencia y el nivel de los precios futuros, es más que posible que el mercado eléctrico español cierre 2018 con un alza de alrededor de un 15%, hasta los 60 euros/MWh de media.
¿Cómo afecta esta subida a la factura de la luz de mi hogar?
El recibo de la luz que llega a cada consumidor, es la suma, por un lado, de la potencia que se tiene contratada en el hogar y de la energía consumida (que se calcula multiplicando el precio de la energía generada por la energía consumida), los peajes y los impuestos. El precio que marca el 'pool' cada día, por tanto, afecta a ese tercio de la factura que en el caso de un cliente PVPC está sujeto al mercado.
Con el alza del precio de agosto, el recibo de la luz de un usuario medio en PVPC se encarecerá unos 2,34 euros respecto al mes de julio y unos 9 euros (un 12%) respecto a agosto del año pasado, según detalla la CNMC.
En el caso de los consumidores en el mercado libre el impacto de este alza del ‘pool’ es más complejo de determinar porque dependerá del tipo de contrato que haya hecho con su comercializadora de energía. Es posible que se haya contratado un precio fijo o tarifa plana por la energía que se consume, pero dentro de los ‘costes fijos’ encuentre otros conceptos como los seguros de mantenimiento u otras modalidades.