En un comunicado, la entidad cántabra explica que esta cartera de adjudicados está integrada por 35.700 inmuebles, incluidos garajes y trasteros, y será gestionada por Haya Real Estate, una sociedad de gestión de inmuebles filial del grupo Cerberus. La operación se ha estructurado mediante el traspaso de la cartera a una o más compañías (¿NewCo¿), cuyo capital social será aportado o transferido de manera que la filial de Cerberus controle, directa o indirectamente, entre el 51% y el 80% del capital, mientras que Banco Santander será propietario del capital restante. El porcentaje exacto de las participaciones en la NewCo se determinará antes del cierre de la transacción. Está previsto que esta operación, que tiene un impacto inmaterial en el capital y resultados de Banco Santander, esté totalmente culminada a finales de este año o en el primer trimestre del que viene, cuando se cumplan todas las condiciones relativas a la cartera y la operación.
La entidad está así a punto de culminar el proceso de venta de su ladrillo tóxico, que el pasado verano de 2017 dio un paso de gigante con la venta a Blackstone del 51% del ladrillo heredado con la compra del Popular en junio de aquel año, valorado en 30.000 millones de euros.
La operación que se cerrará en los próximos meses también sirve a Cerberus para avanzar en el mercado inmobiliario español. En julio, la firma protagonizó otra de las grandes operaciones en este segmento, después de que Sabadell decidiese vender al fondo 3.900 millones de euros de valor neto contable (9.200 millones de euros de valor bruto) en activos inmobiliarios. Esos activos también serían traspasados a Cerberus Capital Management mediante la creación de una nueva compañía en la que el banco de origen catalán tendrá el 20% y el fondo estadounidense el 80% restante.
71.000 millones menos en ladrillo en solo un año
La banca se había propuesto cerrar el año con 70.000 millones de euros menos en activos tóxicos, y parece que, a la falta de cerrar los acuerdos definitivos, va a conseguir superar esa cifra. Sumando las operaciones del último año, el dato rondaría los 71.000 millones de euros.
Tras la venta en verano de 2017 de los 30.000 millones de euros del ladrillo del Popular a Blackstone, BBVA seguía en noviembre los pasos del Santander anunciando que se deshacía de casi la totalidad de su cartera con la venta del 80% de sus activos inmobiliarios por 4.000 millones de euros al fondo Cerberus, y traspasó inmuebles por un valor bruto de 13.000 millones.
En junio de 2018, CaixaBank optó por la venta del 80% de su negocio inmobiliario con un valor bruto de 12.800 millones de euros al fondo estadounidense Lone Star, donde se incluía activos disponibles para la venta a 31 de octubre de 2017 y la compañía Servihabitat. Banco Sabadell apostó por vender también a Cerberus dos carteras con la práctica totalidad de sus activos inmobiliarios, con un valor bruto contable de unos 9.100 millones de euros, a los que hay que sumar el traspaso de otras carteras más pequeñas que elevan la cifra hasta los 12.400 millones.
Y ahora, un año después de la limpieza de Popular, y tras la operación anunciada hoy por Santander, Cerberus se convierte en el segundo fondo que más dinero se ha comprometido a destinar a la compra de inmuebles de la banca española, casi 24.900 millones, y contribuye a que la limpieza del sector en apenas un año sea de 71.000 millones.
Esta cifra engorda con la venta de carteras por parte de entidades más pequeñas como Liberbank, que en octubre de 2017 acordó el traspaso de 602 millones a una sociedad constituida por Bain Capital (80 %), Oceanwood (10,01 %) y la propia entidad (9,99 %).
- La banca aspira a cerrar el verano con 70.000 millones menos en ladrillo que hace un año