El informe sobre el impacto crediticio que la operación tendrá en CaixaBank ('Baa1' estable) realizado por Moody's señala la participación del banco en Repsol ('Baa2' estable), que se remonta a más de 20 años, representó alrededor del 11% de su capital regulatorio a fines de 2017. Los cambios en el precio de las acciones de Repsol no tuvieron un efecto visible en los ratios de capital regulatorio del banco o en su capacidad de ganancia recurrente, debido a su consolidación por el método de la participación.
Sin embargo, el riesgo de mercado de Repsol ha afectado a la solvencia de CaixaBank en los últimos años, porque los precios de mercado desfavorables acumularon pérdidas de capital no realizadas de 1.600 millones en 2015, cerca de 930 millones en 2016 y 534 millones al cierre de 2017.
La salida del capital de Repsol implica para la entidad presidida por Jordi Gual la liquidación anticipada de dos equity swaps por el 4,61% de las acciones a finales de este mes a más tardar y un programa de ventas para la participación restante del 4,75% que comenzará inmediatamente y concluirá a finales del primer trimestre de 2019.
Pese a las pérdidas de 450 millones que CaixaBank se anotará en el tercer trimestre de este año, María Cabanyes, vicepresidenta senior de Moody's espera que el efecto sea "ampliamente neutral" desde el punto de vista crediticio para la solvencia regulatoria del banco una vez que se complete el programa de venta, debido a que los activos ponderados por riesgo del banco disminuirán, sin provocar cambios en su capital Tier 1 'fully loaded'.
Además, CaixaBank ha reiterado su objetivo de alcanzar una rentabilidad del capital tangible del 9%-11% para el año pese al impacto que tendrá la operación en sus cuentas.
Moody's remarca también que la operación anunciada el pasado jueves excede el objetivo del plan estratégico 2015-2018 de CaixaBank de reducir el capital asignado a su cartera de inversiones de capital por debajo del 10%.