Ana Botín ha llevado a cabo una profunda remodelación del consejo de administración de Banco Santander. El actual consejero delegado, José Antonio Álvarez, se va a convertir en nuevo vicepresidente del grupo y, además, será el presidente ejecutivo de la entidad en España.

Álvarez se convierte así en nuevo hombre fuerte de Ana Botín. Sustituirá en el cargo a Rodrigo Echenique que en el mes de junio anunció su decisión de retirarse de todos los cargos ejecutivos al cierre del presente ejercicio. 

Para relevar en el día a día del banco a José Antonio Álvarez, el Santander ha llevado a cabo un "exhaustivo proceso de búsqueda". Tras él se ha escogido al banquero de inversión Andrea Orcel como nuevo consejero delegado a partir de enero.

El nuevo CEO

Orcel es miembro del Comité Ejecutivo de UBS Group. Con carácter previo tuvo puestos ejecutivos de responsabilidad en Bank of America y Merrill Lynch. Precisamente, esa experiencia internacional "y su conocimiento estratégico del negocio de banca comercial fortalecen al equipo del banco y nos ayudarán a continuar la estrategia de ser la mejor entidad retail", ha dicho Ana Botín en un comunicado remitido tras el nombramiento. 

La presidenta del Santander asume que el nuevo consejero delegado ayudará a la entidad a "construir plataformas digitales integradas para el Grupo, al tiempo que preservamos nuestro modelo de filiales". Andrea Orcel "ha colaborado con el banco en sus decisiones estratégicas desde hace casi dos décadas, y entiende y comparte nuestros valores y cultura”, ha sentenciado.

Orcel también formará parte del consejo de administración del banco y ocupará la silla que dejará vacante Juan Miguel Villar Mir quien ha presentado su renuncia al cargo una vez que termine su actual mandato. 

Cuando los nuevos cambios se pongan en marcha, José Antonio Álvarez y Bruce Carnegie serán los únicos vicepresidentes de Banco Santander. Esto significa que Guillermo de la Dehesa perderá su actual condición y pasará a ser, exclusivamente, consejero. 

Álvarez, a España 

El todavía consejero delegado del banco, José Antonio Álvarez, ha señalado que está "ilusionado" con el nuevo reto que tiene por delante, y que su objetivo es lograr que "Santander España sea el mejor de todo el grupo".

Desde su nuevo puesto tendrá que llevar a cabo la integración de las redes del Santander y el Popular y tendrá que "desempeñar importantes funciones estratégicas como vicepresidente del Grupo", según Ana Botín. 

Con estos cambios, que se harán efectivos en enero de 2019, el Santander habrá renovado buena parte de su equipo directivo. Los cambios llegarán justo a tiempo para la presentación del nuevo plan estratégico, que fijará las líneas a seguir a medio plazo.

'Digilosofía'

Las líneas básicas las ha dejado entrever Ana Botín, quien ha señalado que la "presencia con masa crítica tanto en países maduros como emergentes, en donde tenemos 140 millones de clientes, es una posición de partida única para construir una plataforma abierta, integrada y digital de servicios financieros".

Es decir, avanzar en el concepto de 'digilosofía' que ha acuñado el Santander para hablar de la digitalización de la entidad. Esa será la guía para Andrea Orcel.

El flamante consejero delegado ya ha dicho que asume el reto y destaca que "en lugar de luchar contra los desafíos, las empresas ganadoras los aceptan, motivan a sus equipos y los aprovechan para que se conviertan en una oportunidad que les ayude a crecer y obtener ventajas competitivas duraderas". 

Tras los cambios, el consejo de administración de Banco Santander estará integrado por 15 miembros, de los que la mayoría, ocho, son independientes. El consejo de Santander cuenta con diversidad de género (más de un tercio son mujeres), de nacionalidades (brasileña, británica, española, estadounidense, italiana y mexicana) y con amplia representación sectorial (financiero, distribución, tecnología, infraestructuras o la universidad).