La economía mundial se aproxima hacia una nueva ralentización, algo que puede impactar en el proceso de recuperación de la crisis en el que aún está España. Una corrección que puede considerarse normal después varios años de crecimiento, pero para lo que conviene que nuestro país se vaya preparando para afrontar mejor que otras economías lo que está por venir.
“Tenemos las bases de una economía sólida”, ha dicho el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, quien ha alertado del riesgo que supone también “la posibilidad de una guerra comercial, fruto de la puesta en marcha de aranceles” en países como Estados Unidos.
Riesgos externos que pueden mitigarse en España si se mantiene “una senda de previsibilidad jurídica y sin perder de vista las reformas que nos han traído a ser uno de los países que más ha crecido en Europa en los últimos cinco años”, ha añadido. Un diagnóstico en el que también ha coincidido el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, para quien es fundamental “preservar la estabilidad y el rigor presupuestario”.
Coincide con la visión de ambos ejecutivos el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, que pide “no dar marcha atrás” en las reformas emprendidas y “ser conscientes de los riesgos jurídicos en todo el mundo”, así como de “las tendencias que se están siguiendo en materia de libre comercio en Europa”. “Creo que las empresas españolas son competitivas en diversos sectores y lo que tenemos que hacer es preservar nuestras bases, no dar marcha atrás en las reformas emprendidas”, ha señalado Del Pino, que ve necesario que para capear la situación “el Gobierno apoye el desarrollo de las empresas en el exterior”.
Sin embargo, igual de importante es no caer en “una profecía autocumplida”, ha subrayado el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz. Bajo su punto de vista, aunque hay factores exógenos que inciden sobre el entorno económico español, como la dinámica de la economía de Estados Unidos y la previsible subida de tipos de interés, los bancos centrales serán cautos en las decisiones que tomarán en sus próximas reuniones. En el caso de Europa, “el BCE será muy prudente en los golpes que vaya dando al volante”, ha afirmado Imaz haciendo referencia al impacto que la subida de los tipos de interés podría tener sobre la deuda de los países del sur de Europa.
La influencia de Cataluña
Lo que parece descartado por ahora es la influencia que puede tener en la economía la situación de Cataluña. Goirigolzarri asegura que “el mercado no descuenta ningún punto de ruptura”, y que en las últimas reuniones en las que ha estado con inversores “Cataluña no ha existido”.
Imaz también se ha mostrado tranquilo en este aspecto y ha apelado a la cultura del “autoflajelo” y a la “mala concepción que tenemos los españoles de nosotros mismos”. El CEO de Repsol, empresa que opera en 28 países, ha asegurado que si se analiza la estabilidad política, regulatoria y social y se compara con otros países, “España es, sin género de duda, un país fiable para los inversores”. “Los problemas políticos existen, pero tenemos que tratar de que se gestione en términos de estabilidad institucional y que alienten este espíritu de convivencia positiva”, ha destacado Imaz destacando la necesidad de hacer de España “un país moderno”.
El éxito de la apertura de España
Una situación a la que se ha llegado, en parte, gracias al pacto de convivencia política y social alcanzado en torno a la Constitución, ha dicho el presidente de Telefónica. A su juicio “sería conveniente” analizar cómo ha evolucionado el país en este tiempo, y a partir de ahí ponerse a trabajar en lo que está por venir porque “la tecnología va a traer grandes cambios en los próximos tres años” que van a transformar todo.
“Han sido 40 años increíbles. Nadie pensó que íbamos a estar donde estábamos”, ha añadido Del Pino recordando que España se abría al mundo desde una posición “cerrada y con empresas domésticas”. En estas cuatro décadas, “la renta per cápita ha crecido un 80% y eso se ha conseguido porque el Gobierno y el mundo de la economía han caminado juntos hacia unos objetivos comunes”.
Pero no todo son laureles. De la última crisis, “de la que aún nos estamos recuperando, ha salido una generación muy tocada”, ha recordado Imaz. “Entre los jóvenes hay mucha incertidumbre sobre si van a poder conseguir lo que tuvieron sus padres”, ha afirmado el CEO de Repsol subrayando la necesidad de impulsar la educación para lograr “un país competitivo que garantice que el ascensor social funcione”. “Para que la historia de éxito continúe, hay que poner el foco en que los jóvenes tengan las mismas oportunidades”, ha sentenciado.
Educación, clave para el futuro
De cara a futuro, los cuatro directivos han insistido en el Foro Tendencias organizado por Kreab y El País han insistido en la importancia de prepararse para la revolución tecnológica que se avecina. Para ello, Pallete ha pedido que se apueste por la “educación” y por mantener “los estándares sociales” porque afectarán a mucha gente, y eso “habrá que gestionarlo” para evitar que puedan quedar al margen.
El presidente de Ferrovial se ha sumado a este llamado y ha subrayado la necesidad de una labor coordinada “entre todos” para crear “un marco de estabilidad y potenciar la educación”. “Tenemos que competir por atraer capital y talento a España y retener el que tenemos o, que si se marcha, regrese con más talento”, ha destacado poniendo la mejora de la universidad y las disciplinas que se imparten en el foco del esfuerzo.
De hecho, el máximo responsable de Bankia ha recordado que el principal problema en España ahora mismo es el desempleo. Y, sobre todo, la falta de empleabilidad de muchas de las personas que están en las listas del paro. “Hay un desequilibrio de habilidades extraordinario, y es uno de los grandes retos que tenemos, y no le prestamos atención”, ha sentenciado.
Pero el empleo “no se crea por generación espontánea”, ha destacado Imaz. “Lo crean las empresas y las empresas las crean los empresarios”, ha querido destacar el ejecutivo recordando la factura que los años de crisis ha pasado sobre la figura del empresario y la necesidad de ponerlo en valor. “Hay que centrarnos en el valor social que tiene la gran empresa para el empleo. En España tenemos grandes empresas ‘tractoras’, algo que en otros países no ocurre”, ha añadido.
En este sentido, Imaz defiende que si en España se quiere apostar por un modelo basado en la industria que ofrezca más estabilidad ante un cambio de ciclo económico, “hay que cuidar este sector y, aunque no me corresponde decir cuáles son las políticas, sí es necesario que sean predecibles y estables para que los inversores tengan un horizonte para calcular inversores y costes”.
Para el ejecutivo, fortalecer el papel de la industria sería positivo porque es un sector con salarios más altos y mayor estabilidad si se le compara con otros y, además, sirve de ‘tractor’ para la economía al tirar de ecosistemas relacionados, desde la investigación hasta sectores relacionados.