La ‘guerra del Taxi’ ha vivido este viernes un nuevo capítulo. El Consejo de Ministros ha dado luz verde al Real Decreto que regulará a las VTC, las licencias que usan Uber y Cabify. Una normativa que delegará esas competencias a las Comunidades Autónomas y a los Ayuntamientos, de modo que sean ellas las que se ocupen de poner los límites que piden los taxistas.
Antes de que se oficializase la entrada en vigor del Real Decreto, EL ESPAÑOL adelantaba las coacciones por parte del sector del Taxi al Ministerio de Fomento. Unos audios del secretario general de Élite Taxi en Madrid, Sergio Vega, aseguraban que “hemos agarrado de las pelotas a quien había que agarrar aquí dentro del Ministerio”.
Este hecho llegó hasta la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros y el ministro de Fomento, confirmaba la información de este periódico. José Luis Ábalos aseguraba que algunos mensajes de whatsapp “le llegan”, pero que no le da demasiada importancia debido al bajo nivel que tienen estas presiones. “A estas alturas un whatsapp no me da ningún miedo”, ha dicho.
En este sentido, el titular de la cartera de Fomento ha asegurado que este tipo de prácticas es habitual y ha sacado pecho del buen hacer del Ejecutivo: “A mí me llegan las presiones, pero no he sucumbido a muchas”, y considera que las coacciones de “calidad” llegan de forma más sutiles y ha confirmado que “de esas conoce unas cuantas”.
A su vez, Ábalos ha reconocido que el conflicto entre el Taxi y las VTC ha generado un clima de crispación y en el que han aparecido presiones. “Es un conflicto en el que hay muchos intereses y el Gobierno no ha caído en la trampa de caer en ningún interés. Tras la aprobación del Real Decreto a algunos le parece mucho tiempo y a otros poco tiempo los plazos que hemos marcado. Hemos actuado con la mayor objetividad”, ha aseverado.