En un encuentro informativo con la prensa, el presidente del grupo, Jordi Sevilla, señaló que el objetivo de REE es ser "el brazo ejecutor de la transición energética", por lo que deberá afrontar este esfuerzo inversor para que el sistema eléctrico español pueda cumplir con las exigencias de más renovables y más digitalización.

"No partimos de cero, pero hay que reforzar las inversiones", subrayó el directivo, nombrado a finales del pasado mes de julio presidente no ejecutivo de la compañía, quien añadió que considera que serán necesarios no solo más kilómetros de redes, "sino redes más eficientes".

Para captar estos 7.000 millones de euros, Sevilla indicó que la compañía necesitará acudir a los mercados, "lo que no va a ser fácil", y menos con el cambio de contexto que se está produciendo en la política monetaria, añadió.

De esta manera, el grupo trabaja en el que será su nuevo plan estratégico, que recogerá esa inversión y cuya cifra final dependerá de la planificación que considere el Gobierno, aunque subrayó que no afectará en ningún caso al dividendo con que la compañía retribuye a sus accionistas. Así, destacó que la actual "prioridad" para el grupo pasa por cómo "sacar esos 7.000 millones del mercado y cómo se garantiza la transición energética".

De esta manera, el directivo aparcó la operación de compra de Hispasat, que había estado sobre la mesa con el anterior presidente de la compañía, José Folgado, pero que Sevilla deja ahora en manos de la decisión del Gobierno.

"Al final en cualquier escenario, será el Gobierno quien diga si sí o si no", indicó, añadiendo que, a pesar de que es una inversión que puede tener sentido para REE, ya que complementa su parte de telecomunicaciones, "no es una operación prioritaria para el grupo. "El consejo y la junta ya se han pronunciado y no diré que no. Tiene sentido, pero no es mi prioridad", dijo.

"NO A CUALQUIER PRECIO".

Asimismo, Sevilla insistió en que, de abordarse la compra de Hispasat, "no sería a cualquier precio", y advirtió de que la operación podría presionar el rating de la compañía, como ya han señalado algunas agencias de calificación, a pesar de que su apalancamiento es de los más bajos del sector.

Para alcanzar este objetivo "prioritario" para la compañía de avanzar en la transición energética, indicó que ha trasladado al Ministerio para la Transición Ecológica la necesidad de este esfuerzo inversor, así como de agilizar una tramitación extraordinaria para acortar los plazos para todo lo que tenga que ver con ella, tal y como ya ocurrió en el pasado en España con el sector de las telecomunicaciones.

En este sentido, el presidente de REE apuntó que el objetivo de esta tramitación extraordinaria sería acortar esos plazos en los permisos para el desarrollo de los proyectos necesarios, actualmente situados en una media de tres años, aunque en algunos casos se van hasta los diez años, para reducirlos a la mitad.

Por otra parte, Sevilla descartó que el grupo vaya a segregar sus actividades de operación y transporte. "He trabajado en convencer en los últimos meses de que es absurdo. El modelo actual de TSO mayoritario en Europa es el nuestro. No es el momento hasta acabar la transición energética para plantear este debate", dijo.