El Corte Inglés no puede vivir sin las marcas ajenas, pero quiere dar más protagonismo a las propias para que los espacios sean más rentables. La estrategia de los grandes almacenes, dirigidos por Jesús Nuño de la Rosa, pasa por no ser tan sólo un Amazon de las marcas. El Corte Inglés quiere evitar que esto suponga "perder su esencia" y, con ello, que sus marcas propias pierdan fuerza también en sus cuentas.
No en vano, hoy cerca del 70% de las ventas que se producen en los centros comerciales El Corte Inglés provienen precisamente de los 'corners' que tienen alquilados a las distintas firmas. También en esto hay cambios, aunque el área ya sea rentable. El Corte Inglés quiere sacarle más provecho. Tanto es así que, según un informe publicado este miércoles por Moody's, la compañía ha pasado a cobrar un mínimo a sus inquilinos si no alcanzan los objetivos, con el fin de mejorar los márgenes.
"La compañía ha cambiado la forma en la que trabaja con marcas de terceros. Históricamente, El Corte Inglés ha usado un modelo de concesión tradicional, en el que la compañía recibe una comisión variable de las marcas en función de sus ventas netas. Eso ahora está cambiando hacia un nuevo modelo operativo donde se cobra un canon mínimo si sus inquilinos no alcanzan unos objetivos de negocio, lo que está mejorando los márgenes por metro cuadrado", explica la agencia de calificación crediticia.
Con ese cambio, el grupo pretende asegurarse un mínimo de rentabilidad por metro cuadrado. Y esa estrategia también alcanza de lleno a sus firmas propias, inmersas en un proceso para ganar peso.
Apuesta por lo propio
Si bien es cierto que la compañía lleva tiempo potenciando algunos departamentos, como Black de Emidio Tucci, el plan está alcanzando su punto álgido en la nueva campaña de otoño-invierno. En concreto, con las marcas Woman, Woman Limited y Lloyd's.
"La política comercial se está centrando en potenciar las marcas propias", explican fuentes sindicales a este periódico. ¿Cómo? Diferenciando, por ejemplo, los uniformes de los vendedores de estas marcas, para que vistan prendas de la colección.
"Es una manera de no perder tu esencia y tu razón de ser, de potenciar lo tuyo", dicen estas fuentes, que concretan: "También porque mejora los márgenes". "Las fabricas tú y la vende personal tuyo", apostillan.
Una apuesta, la de la marca propia, que no se queda solo en España. El Corte Inglés quiere aprovechar sus firmas para avanzar en su internacionalización, vendiendo los artículos en otras compañías internacionales.
A comienzos de julio, por ejemplo, se alió con el grupo alemán Karstadt, con el objetivo de vender en sus establecimientos prendas de las marcas deportivas Boomerang y Mountain Pro, después de una prueba piloto en unas 80 tiendas. Además de este acuerdo, los grandes almacenes exportan a cerca de veinte países productos de alimentación y gourmet de marca propia.
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