La desaceleración económica y la "paralización" que, según asegura, presenta la ejecución real de obra pública del conjunto de las administraciones son las principales causas de esta revisión a la baja de las previsiones de la industria cementera.
La demanda generada por el auge del sector de promoción de nuevas viviendas no es suficiente para compensar el menor peso de la obra civil, principal destino del cemento, según la asociación.
En concreto, la construcción de pisos acapara actualmente el 28% de la demanda de cemento, frente 22% que suponía hace una década. No obstante, la ejecución de las grandes infraestructuras ha perdido peso y ya representa el 52%, frente al 60% de hace diez años.
A pesar de todo ello, la industria cementera española logrará encadenar un segundo año en positivo y remotar la caída del 3% que se anotó en 2016, además de contabilizar la mayor demanda de este material de construcción en al menos cinco años, al sumar un total de 13,30 millones de toneladas.
La patronal del ramo añade a esta coyuntura doméstica la caída de las exportación, dado que asegura que las ventas al exterior de las fábricas españolas encadena ya trece meses a la baja.
SUBIDAS EN SU FACTURA DE LA LUZ
En este punto, Oficemen achaca el descenso a la "penalización" a la competitividad de los fabricantes españoles que suponen distintos factores, entre los que destaca el alza de su factura de la luz, que estima de un 20% para el conjunto de este año.
También apunta al precio de los derechos de emisión de CO2, que asegura se han multiplicado ya por tres desde comienzos de año y ya suponen "casi 25 euros" por tonelada de cemento.
Con todo, Oficemen alerta de que las fábricas de cemento instaladas en España están funcionando a la mitad de su capacidad, dado que su producción está "estancada" en los 20 millones de toneladas anuales desde 2013.
"Se mantiene, por tanto, la incertidumbre y la preocupación para nuestra industria", aseguró el presidente de Oficemen, Jesús Ortiz Used.