Por John O'Donnell y Tom Sims

En junio, los fiscales de Colonia abrieron una investigación fiscal a Santander, según revelaron por primera vez documentos confidenciales relacionados con una investigación de fiscales estatales a los que tuvieron acceso Reuters y otros medios europeos.

El papel de Santander en el esquema era ejecutar operaciones en el mercado, dicen los fiscales, como una de las muchas partes involucradas. En la investigación también son objeto de escrutinio el australiano Macquarie Bank y el alemán Deutsche Bank.

Una carta de los fiscales a los abogados de Santander enviada el 4 de junio muestra que sospechan que el banco ha "planeado y ejecutado transacciones" que facilitaron una "importante evasión fiscal" desde 2007 hasta 2011.

Un portavoz de Santander dijo que el banco estaba "cooperando plenamente" con las autoridades alemanas y realizando su propia investigación interna. El banco "no tolera comportamientos" que no cumplan con la normativa y leyes en el mercado donde opera, dijo, y agregó que "si nuestras investigaciones identifican una conducta indebida, tomaremos las medidas apropiadas".

Reuters habló con banqueros, autoridades y personas directamente involucradas en la investigación y revisó miles de páginas de archivos bancarios internos, correspondencia y documentos legales obtenidos como parte de una investigación llamada "archivos Cum-ex" que llevan a cabo medios europeos coordinados por Correctiv, una entidad alemana de periodismo de investigación sin ánimo de lucro.

Los fiscales dicen que los que participaron en el esquema cum-ex engañaron al Estado alemán para que creyera que una acción tenía múltiples dueños en el día de pago de dividendos, de forma que se generaba un certificado fiscal que permitía reclamar reembolsos tributarios.

Los fiscales dicen que el plan era ilegal e hizo que el Estado realizara devoluciones de impuestos. Un portavoz de Santander no quiso realizar comentarios a la pregunta de si habían violado la ley, mientras que un portavoz de Macquarie, que también está bajo investigación, dijo que creía que las prácticas realizadas eran legales.

Los documentos muestran que los fiscales de Colonia contactaron con Santander y otros bancos este año, ya que la investigación, que comenzó en abril de 2013, se había acelerado.

Los modelos fueron diseñados para generar múltiples reembolsos de impuestos, dicen los fiscales. En esencia, esta era el modus operandi, según los documentos vistos por Reuters:

Un banco aceptaba vender acciones de una compañía, por ejemplo, a un fondo de pensiones, antes del pago de dividendos, pero las devolvía después de la remuneración a los accionistas. Tanto el banco como el fondo reclamaban devoluciones de impuestos.

A veces, los bancos vendían acciones que no poseían y acordaban comprarlas más tarde en una práctica conocida como ventas en corto. Las acciones se intercambiaban rápidamente en torno a un grupo de bancos, inversores y fondos para crear la impresión de numerosos propietarios, dicen los fiscales. Los beneficios de las operaciones se compartían. Para generar mayores ganancias, los fondos de pensiones también podían comprar grandes volúmenes de acciones, utilizando préstamos de los bancos.

La oficina de impuestos alemana escribió a los fiscales de Colonia para decir que había "indicaciones concretas" de que Santander había actuado como vendedor en corto. Tres fondos de pensiones también habían utilizado préstamos de Macquarie, según personas con conocimiento directo del asunto.

"Macquarie continuará cooperando plenamente con las autoridades alemanas", dijo un portavoz de Macquarie. "Ya resolvió sus otros dos asuntos relacionados con operaciones con dividendos alemanes que tuvieron lugar entre 2006 y 2009". El portavoz se negó a decir cómo se resolvieron. Investigaciones similares se han abierto en Fráncfort y Múnich, pero Colonia, cuyos fiscales se especializan en delitos fiscales internacionales, logró un gran avance cuando al menos seis personas involucradas en las operaciones dieron pruebas detalladas, según los documentos.

Otros bancos, incluyendo el brazo alemán de Unicredit, han reconocido que también estaban involucrados en las operaciones. Una portavoz de UniCredit dijo que su unidad alemana había estado involucrada en operaciones cum-ex, pero que todos los procesos penales habían finalizado después de, entre otras cosas, el pago de multas. Esta portavoz no quiso hacer más comentarios.

Un portavoz de Deutsche Bank dijo que no había participado en un "mercado organizado de cum-ex", pero que había estado "involucrado en algunas de las transacciones cum-ex de sus clientes". Dijo que estaba cooperando con las autoridades. Al referirse a todos los bancos involucrados, Norbert Walter-Borjans, exministro de finanzas de Renania del Norte-Westfalia, que incluye a Colonia, dijo: "Han encontrado la hucha en la que estaban metiendo dinero los contribuyentes ordinarios". "Está claro que estaba en contra de la ley... ¿Cómo puede ser legal recuperar dos o tres veces algo que se ha pagado solo una vez?¿, dijo.

ERRORES

Según los fiscales, el plan fue promovido por Hanno Berger, un antiguo inspector de la Hacienda alemana convertido en asesor fiscal, y otros.

Aconsejó a Macquarie sobre las operaciones cum-ex, según una carta vista por Reuters que fue enviada por Berger a un empleado de Macquarie en marzo de 2008.

Berger dijo a Reuters que también asesoró a Macquarie sobre el plan en años posteriores, pero dijo que no le pagaron por ello. El portavoz de Macquarie se negó a comentar sobre Berger o sobre la carta.

Macquarie dijo el mes pasado que prevé que el consejero delegado saliente y entrante sean nombrados como sospechosos por los fiscales. Los documentos muestran que los dos estaban al tanto del riesgo reputacional para el banco por la operativa.

Berger, principal sospechoso en la investigación y residente en los Alpes suizos, dijo que los bancos utilizaron legítimamente un vacío legal, que se cerró en 2012, y no violaron la ley.

"Ellos (el Estado alemán) no pueden castigar a otros por sus errores", dijo a Reuters.

Algunos funcionarios y fiscales alemanes refutan esta afirmación, señalando que Alemania intentó eliminar la práctica modificando y clarificando la ley en 2007, 2009 y 2012. Un alto cargo alemán, que pidió no ser identificado, dijo que esos cambios dejaron en claro que las operaciones eran ilegales.

Las autoridades alemanas estiman que el plan le costó al Estado 5.600 millones de euros en reembolsos de impuestos que nunca deberían haberse hecho, mientras que algunos expertos creen que el daño podría ser de 10.000 millones de euros.

El fiscal del Estado en Colonia declinó hacer comentarios.

"RIESGO REPUTACIONAL"

Los documentos muestran que los fiscales de Colonia lograron un gran avance el año pasado cuando un grupo de banqueros, incluido un exempleado de Macquarie, ofrecieron información que mostraba que Santander, Macquarie y otros se beneficiaban del plan.

Macquarie estima que podría tener que pagar 100 millones de euros en acuerdos extrajudiciales relacionados con las operaciones, aproximadamente la mitad de los cuales ya ha pagado, según una fuente con conocimiento del proceso.

Los correos electrónicos internos de Macquarie muestran que el CEO saliente Nicholas Moore y su sucesora, Shemara Wikramanayake, estaban al tanto de los riesgos de reputación de las compraventas de acciones e involucrados en las discusiones sobre la financiación. Un portavoz de Macquarie dijo que Moore y Wikramanayake no harían comentarios.

En octubre de 2010, Wikramanayake y otros tres ejecutivos enviaron una comunicación vista por Reuters a la junta directiva de Macquarie. Esbozaba una oportunidad de financiación que le permitiría ganar a Macquarie entre 15 y 20 millones de euros por cada uno de tres instrumentos crediticios por valor de 1.100 millones de euros. Estos vehículos crediticios conllevaban una comisión. "Existe el riesgo de que las autoridades tributarias alemanas puedan intentar negar los reembolsos de impuestos y tomar alguna otra acción contra las partes involucradas", escribieron. Dijeron que los "rendimientos anticipados" deberían sopesarse frente al "riesgo reputacional" negativo. Wikramanayake y Moore asistieron a una reunión de directivos el 28 de octubre de 2010 en Sídney, cuando se discutieron los acuerdos y el "riesgo reputacional ", según las actas de la reunión, a las que tuvo acceso Reuters.

La aprobación condicional para la financiación se otorgó en esa reunión antes de la firma formal a principios de 2011, según los documentos. El portavoz de Macquarie dijo que el banco prestó dinero a un grupo de fondos de inversión en 2011 que realizaron intercambios de acciones que buscaban "obtener el beneficio de reembolsos fiscales relacionados con dividendos", pero dijo que las autoridades alemanas rechazaron esas solicitudes.

Las autoridades alemanas no quisieron hacer comentarios. "Macquarie recibió un amplio asesoramiento legal externo en relación con su participación y consideró que estaba actuando legalmente", dijo.

EL VÍNCULO DE SANTANDER

Los fiscales escribieron cartas a los abogados de Santander en las que indicaban que creían que el banco español y su filial en el Reino Unido, Abbey National Treasury Services, estaban activamente involucrados en "un gran número" de acuerdos relacionados con ventas en corto, una parte crítica del ciclo que creaba la impresión de múltiples propietarios de las acciones.

El portavoz de Santander dijo que, a juicio del banco, la investigación se centraba en tres antiguos empleados.

"Hasta la fecha no hemos identificado ninguna prueba de que las actividades bajo investigación involucraran a la directiva superior, ni de que ninguno de los órganos de gobierno de Santander o sus filiales estuvieran al tanto de estas actividades", dijo el portavoz.

El banco ejecutó transacciones para varios fondos de pensiones de EEUU y su cliente Macquarie, según los fiscales, con unas operaciones que permitieron a los fondos hacer lo reclamaciones "ilícitas" de impuestos, en opinión de los investigadores de la Hacienda alemana. Los fiscales no indican el número de fondos de pensiones involucrados.

Esos servicios fueron lucrativos para Santander y Macquarie, según muestran los documentos.

Por ejemplo, el 13 de mayo de 2011, el plan de pensiones Sander Gerber, con sede en Nueva York, recibió dividendos de casi 162 millones de euros como resultado de las operaciones respaldadas por los dos bancos, según los documentos.

Por estos servicios, Macquarie cobró una comisión del 4 por ciento, o 6,5 millones de euros, al plan de pensiones. Santander recibió 400.000 euros adicionales en honorarios por el instrumento de futuros que proporcionó.

Un portavoz de Sander Gerber dijo que su decisión de inversión se basaba en la "reputación e integridad" de los bancos y que Gerber había entendido que los productos de inversión eran "legítimos".

Alemania quiere que los bancos paguen los 5.600 millones de euros, dijo el alto cargo alemán a Reuters. Se han realizado ya pagos de 2.300 mil millones de euros en acuerdos extrajudiciales por parte de bancos, dijo el funcionario.

Los fiscales de Fráncfort presentaron este año los primeros cargos penales contra Berger y otras cinco personas, exempleados de la filial alemana de Unicredit, según documentos judiciales vistos por Reuters. Unicredit declinó hacer comentarios.

Un fiscal alemán admitió que se tardaría años en llevar a los involucrados ante la justicia, pero que la fiscalía envió una clara señal de que no se tolerarían tales irregularidades.