El Gobierno y los autónomos han llegado a un principio de acuerdo para que este colectivo pague más por su cotización a la Seguridad Social. El incremento estará en torno a los 60 euros anuales, lo que supone pagar cerca de cinco euros más al mes el próximo año.
A partir del 2020 se subirán otros 60 euros, y así durante cuatro años consecutivos. ¿El objetivo? Que los autónomos hagan una mayor contribución a las arcas de la Seguridad Social.
A cambio de este esfuerzo las organizaciones que representan a los autónomos, Upta y ATA, han conseguido que se mejoren las prestaciones que obtienen por parte del Estado. En concreto, las de cese de actividad, formación, contingencias profesionales e incapacidad temporal.
Tras el acuerdo, además, los autónomos que cojan una baja por enfermedad dejarán de pagar a la Seguridad Social a partir del segundo mes, algo que era un problema para quienes debían coger largos períodos de baja.
En lo que respecta a la tarifa plana, esta subirá a 55 o 60 euros al mes, puesto que los autónomos beneficiarios de la tarifa plana también van a poder acceder a la mejora de las prestaciones acordada.
Menos de lo previsto
El incremento pactado de cara a 2019 es bastante inferior a las primeras propuestas del Ejecutivo, que reclamaba alzas directas de 260 euros anuales para reconocer todas esas prestaciones al colectivo de los autónomos.
Fuentes de Upta explican que lo que se ha logrado, a cambio del reconocimiento de todas las prestaciones, es escalar la subida ansiada por el Gobierno en cuatro años, de modo que suba una media de 60 euros de media al año.
Así, en 2019 subirá la base mínima de cotización un 1,25%, tanto del autónomo persona física como del societario. Además, los tipos pasarán del 29,8% actual al 30% en 2019, al 30,3% en 2020 y al 30,6% en 2021.
A la espera de que el Ministerio de Trabajo ofrezca todos los detalles, parece que estamos ante un acuerdo de "transición". Según ha dicho este miércoles la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, tendrá un carácter transitorio. Una subida, por cierto, contraria a lo que defendía Podemos que se negaba a que este colectivo viera incrementadas sus cuotas.
El objetivo final del Ejecutivo y de las asociaciones es conseguir que los autónomos paguen a la Seguridad Social por lo que realmente ingresan. De este modo, se adaptarán las cotizaciones a la realidad de cara profesional, aunque para ello será necesario primero que se crucen los datos con la Agencia Tributaria.
Pagar por lo que facturan
La intención, según han explicado en distintas ocasiones las asociaciones del sector, es conseguir que se especifiquen tres tramos. El primer tramo sería para aquellos trabajadores cuyos ingresos son inferiores al Salario Mínimo Interprofesional, que deberían pagar lo mismo que la tarifa plana, y afectaría a cerca de medio millón de personas.
El más alto sería para aquellos que tienen unos ingresos anuales de más de 70.000 euros, quienes tendrían que cotizar por una base mínima de 1.839 euros. El tramo intermedio sería el que está entre los 9.000 y los 70.000 euros, que tendrían la base mínima de 919,80 euros. Este último bloque es en el que se enmarca la mayor parte de los trabajadores adscritos al RETA.