Dice Glovo que de cada pedido de 20 euros solo se lleva uno. Que 5 euros van a los repartidores, 13,65 euros al establecimiento y 35 céntimos a Hacienda. Que ese euro de beneficio por pedido lo destinan a atención al cliente, plataforma de pago y devoluciones. Entonces, ¿dónde está el negocio?
La compañía de pedidos a domicilio está inmersa en algo que puede resumirse en una palabra: diversificación. No quiere depender demasiado del negocio español; tampoco estar muy atada a otros operadores. Por eso, su estrategia está pasando por crecer por sí misma, o al menos en parte. ¿Cómo? Desde supermercados hasta cocinas propias, pasando por una expansión internacional a pasos agigantados.
Un plan que, sin personal, no puede llevarse a cabo. Glovo, que hoy cuenta con unos 60 ingenieros en su plantilla, tiene entre sus objetivos contar con hasta 300 en 2019. "Queremos convertirnos en el hub tecnológico y de data más importante de España", explicaba este jueves en un encuentro con periodistas el fundador y CEO de Glovo, Óscar Pierre.
Glovo pretende cerrar 2018 con una facturación de 80 millones de euros, un 20% menos de lo que anunció en abril. No obstante, no ha trastocado sus planes. Dos meses después de haber cerrado una ronda de financiación de 115 millones de euros, la compañía tiene objetivos claros para este 2019.
Sin tapujos: 30 países en 2019
La legislación laboral en España no acompaña a Glovo. O eso dicen. Por eso, y aunque un tercio de su negocio se encuentra en nuestro país, su objetivo es seguir aumentando negocio fuera.
Si en 2017 Glovo estaba en tres países (España, Francia, Italia) y 14 ciudades, en 2018 ascienden a 20 países y 80 ciudades. La clave, su expansión en Latinoamérica y Europa del Este, donde están redoblando su apuesta. Tanto es así que para 2019 esperan sumar diez países más a su lista, yendo también hacia África. "Solemos ir a ciudades donde no vemos buenos operadores de comida a domicilio", cuenta Pierre.
Así, y aunque Glovo se dedica a llevar a domicilio todo tipo de pedidos, a la hora de hablar de expansión se centra en su categoría principal: la comida.
El 'súper' 24 horas y la cocina propia
Glovo es todo eso que hemos señalado: el reparto a domicilio, la tecnología, la internacionalización. Pero si quiere ser rentable, tiene que ser más. Por eso, y con el dinero de la ronda de financiación disponible, se ha lanzado a invertir en tres proyectos que le pueden reportar mayor rentabilidad y diversificación.
Uno de ellos es el supermercado 24 horas que ha abierto en Madrid y que es la punta de lanza para otros en la capital, pero también para Barcelona, Buenos Aires o Lima. Un súper en el que el propio Glovo compra a los proveedores: "Hemos intentado durante mucho tiempo hacer supermercados con retailers, pero nos constaba muchísimo la integración", cuenta Pierre.
Como su competidor, Deliveroo, también quiere jugar con las cocinas. La idea es gestionar un espacio en el que alquile mesas y pequeños espacios para los restaurantes con los que colabora, con el objetivo de que cocinen ahí los pedidos.
El tercer proyecto, por otro lado, está destinado a tratar de dar trabajo a los repartidores durante todo el día, no solo durante la hora de comidas o cenas. "Teníamos un pico muy alto de trabajo en horas muy determinadas", dice el CEO.¿Cómo evitarlo? Funcionando como un servicio de mensajería para oficinas.
Con la polémica de sus repartidores tocando a la puerta, Glovo ha creado un "departamento de políticas públicas", destinado al diálogo con agentes públicos, sociales y económicos. "Creemos que el futuro del empleo es un modelo híbrido: disfrutar de la flexibilidad pero con algunas coberturas más", insiste Pierre.
En 2019, con todo esto sobre la mesa, la compañía pretende duplicar el número de establecimientos asociados y tener 70.000 repartidores activos en diciembre del año que viene. El tiempo dirá si cumplen sus objetivos.